viernes, 5 de diciembre de 2014

LA VIOLENCIA EN EL DEPORTE.

LA VIOLENCIA EN EL DEPORTE.

EL FÚTBOL NO GENERA VIOLENCIA

Considerando que:
- Cuando el niño descubre frente al espejo que la imagen que se refleja es la de su propio cuerpo, algo se violenta para siempre, algo en el sujeto se declara doblemente vencido frente a la imagen y frente a la palabra, quedando confinado para siempre a ser habitante del lenguaje, es decir aficionado al fútbol, la música, el ajedrez… y hasta los aburridos tienen un plan.
- Cuando no se aceptan los límites de la educación, la salud y la cultura en una población es por un triple error: económico-político, psíquico-social e histórico-grupal.
- Las siglas en el deporte son estructurales y por ende cumplen una función legal, administrativa, sanitaria, cultural….recogidas en la Ley del Deporte (art. 27.1 CE; art. 43.3 CE; art. 44.1 CE; art. 35.1 Ce…). Es decir, los portavoces de RFEF, CSD, COE, LPF, AFE....deben ser escuchados por los mejores profesionales para que se reconozcan los errores cometidos y rectificarlos, de lo cual podremos beneficiarnos todos.
- Errar es necesario, pero ya sea en los jardines de palacio o en la platea de un estadio, es un crimen considerar el cuerpo del futbolista o el cuerpo del aficionado como botín de guerra.
- La agresividad es estructural en la humanidad, una ambivalencia afectiva de odio y amor se conoce en familia, también se ama la venganza y en la historia de las muertes violentas hay asesinos desde los cuatro o cinco años de edad. La repulsa que experimentamos en el deporte ante los hechos violentos, racistas, xenófobos junto con el dopaje y los derechos de imagen son los obstáculos con los que choca la redacción de la nueva ley del deporte. Está publicado en los libros Poetas del Fútbol (2009) y más recientemente en Club Deportivo Grupo Cero (2014).
- Hay deseos violentos reprimidos en cada aficionado, en todos los periodistas y directivos, en cada deportista y entrenador, en todos los psicoanalistas, médicos y abogados y en cada lector hay un afortunado poeta si se lo trabaja. La energía psíquica que consume el deseo de golpear y asesinar incestuosamente, anida en todos los sujetos, pero esa energía se puede sublimar en pintar, escribir, cantar o cazar o tirar al arco…
Entonces ¿qué hacer?
- Hablar cual gimnasia mental permanente, leer diariamente cada realidad con los instrumentos adecuados y escribir, cual legado de humanidad para otros, por ser el fútbol un paradigma cultural y grupal.
- La gran familia del fútbol alertada por la cercanía de ser causada toma medidas disciplinarias. ¿Alcanza con eso? Debemos además transmitir los valores del deporte: potenciar la formación de los directivos, cuidar la metamorfosis de la pubertad de nuestros jóvenes, canalizar el talento grupal de los equipos, desarrollar la función de la mujer en el deporte, asesorar en la orientación vocacional y producir una salud deportiva más allá de las marcas y sobre todo para el día después.
- El fútbol no genera violencia. Al violento no le interesa el fútbol. El violento decide golpear, no es un enfermo. El agresivo se puede encontrar inmerso en una discusión y llegar al empujón, el violento acude con palos y navajas. El narcisismo de las diferencias, la hostilidad de la ambivalencia afectiva, la rabia infantil del no poder, la no aceptación de los límites, la prepotencia sin educación y la agresividad de la imperfección no tolerada, anidan en cada sujeto. Sin embargo ese deseo infantil que mataría al padre se puede sublimar, canalizar en un poema bien escrito.
Después de ser interpretados los hechos de violencia que se manifiestan en los colegios, en el deporte, en las familias, en los medios de difusión, en la calle y sólo después de ser interpretados se podrá transformar esa realidad psíquico-social.   
La fuerza bruta y la libertad individual eran máximas antes de toda cultura. El siglo XX cronológicamente pasó pero la mayor parte de la humanidad aún no alcanzó los límites de la tolerancia: “mi libertad termina donde empieza la del otro”, aún no reconocemos a los otros como semejantes y diferentes a la vez.
Y como diría don Artemidoro: eso que vimos en televisión no fue un asesinato, precisamente porque usted y yo lo vimos, con lo cual deja de ser un asesinato, lisa y llanamente, para transformarse en un hecho claramente político.
Hubo negligencia, entre todos lo matamos y el solo se murió.

Dr. Carlos Fernández
Médico Psicoanalista
www.carlosfernandezdelganso.com

    

viernes, 28 de noviembre de 2014

PSICOANÁLISIS Y EDUCACIÓN


 NO HAY CRECIMIENTO SIN FUNCIÓN POÉTICA

Nuestras mejores virtudes han nacido en calidad de reacciones y sublimaciones, sobre el terreno de las peores disposiciones.
Una educación basada en los conocimientos psicoanalíticos puede constituir la mejor profilaxis individual de las neurosis, ya que sabemos que los síntomas mórbidos muchas veces no son sino formaciones sustitutivas de tendencias perniciosas, es decir, inútiles, y que las condiciones genéticas de esos síntomas se establecen en los años infantiles y juveniles (precisamente en la época durante la cual el ser humano es objeto de la educación) ya se expresen dichas enfermedades en la juventud o en épocas posteriores de la vida.
El pedagogo trabaja con un material plástico, accesible a cualquier impresión y deberá imponerse el compromiso de no plasmar la joven vida psíquica de acuerdo con sus propios ideales personales, sino más bien ajustándose a las disposiciones y posibilidades particulares de la educación.
Debemos recordar que los pactos de amor, en cuanto tal, no existen; lo que existe son los pactos que se pueden constatar porque hay un orden significante ya que la ley del lenguaje siempre es previa.
Si los adultos nos cuestionáramos, qué fue de nuestra época colegial, qué pensábamos de nuestros profesores, qué relación de amor y odio (ambivalencia afectiva) recaían como modelos en los docentes de aquella tan lejana o cercana época, podríamos pensar la educación de una manera diferente.
En los primeros seis años de la infancia, el pequeño ser humano ha fijado de una vez por todas la forma y el tono afectivo de sus relaciones con los individuos del propio sexo y del otro, y a partir de ese momento podrá desarrollarlas y orientarlas en distintos sentidos, pero ya no logrará abandonarlas. Las personas a las que ha fijado con tal intensidad en esa época son sus padres y hermanos. Las posteriores relaciones asumen a modo de herencia afectiva, estas identificaciones, siendo la imagen del padre, tal vez la de mayor importancia. Padre que pasa de ser una figura ideal a imitar, alguien a quien posteriormente se tiende a destruir al comprobar que no es un ser omnipotente y todo-sapiencia como en un principio le atribuimos.
Los profesores pasan a ocupar esa función, ese lugar del padre, ante el cual se transfieren esos sentimientos ambivalentes de amor y odio. Y si preguntan ¿qué hacer? rescataría de la poesía como objeto de conocimiento qué:

“El camino de la poesía cruza todos los caminos, no habrá crecimiento humano sin la función poética”. “Vivimos como está escrito”. “Si es posible el poema es posible la vida”. Estudiar psicoanálisis le puede ayudar al docente que hay en ti y el tratamiento psicoanalítico no es ninguna necesidad, es un instrumento de precisión para medir la vida y, si se usa para eso, es eficaz y barato. 

Dr. Carlos Fernández del Ganso
Del texto "Psicoanálisis  y Educación"
www.carlosfernandezdelganso.com

viernes, 21 de noviembre de 2014

PSICOANÁLISIS Y EDUCACIÓN


LA FELICIDAD SE ENCUENTRA EN EL CAMINO DEL TRABAJO.

         De todo lo expuesto se desprende que la formación de los educadores adquiere, en el proceso de la educación, un lugar privilegiado. Tan así es que el máximo interés del psicoanálisis para la Pedagogía se apoya en un principio demostrado hasta la evidencia. Sólo puede se pedagogo quien se encuentre capacitado para infundirse en el alma infantil, y nosotros, los adultos, no comprendemos nuestra propia infancia.
         Nuestra amnesia infantil es una prueba de cuán extraños a ello hemos llegado a ser. El psicoanálisis ha descubierto los deseos, mecanismos psíquicos y procesos de la infancia que intervienen en todo aprendizaje. Los esfuerzos anteriores al 1900, fueron incompletos y erróneos, como consecuencia de haber dejado de lado por completo al inestimable factor de la sexualidad en sus manifestaciones somáticas y psíquicas.
         Si en su trabajo el educador no considera, por ignorancia o se mantiene escéptico por prejuicios, los descubrimientos más evidentes del psicoanálisis en las cuestiones de la infancia (el Complejo de Edipo, el Narcisismo, la organización genital, las disposiciones perversas, el erotismo anal, la curiosidad sexual…) valorará los procesos del niño y del adolescente de manera parcial, pudiendo incluso caer en el error de compararlos con los del adulto o con los de su propia infancia.
         Y continuando leyendo a Freud podemos insistir: cuando los educadores se hayan familiarizado con los resultados del psicoanálisis, les será más fácil reconciliarse con determinadas fases de la evolución infantil, y entre otras cosas no correrá el peligro de exagerar la importancia de los impulsos instintivos perversos o asociales que el niño muestre. Muy al contrario se guardarán de toda tentativa de yugular violentamente tales impulsos al saber que tal procedimiento de influjo puede producir resultados tan indeseables como la pasividad ante la perversión infantil, temida por los pedagogos.
         La represión violenta de instintos enérgicos, llevada a cabo desde el exterior no produce nunca en los niños la desaparición ni el vencimiento de tales instintos y sí tan sólo una represión, que inicia una tendencia a posteriores enfermedades neuróticas.
         El psicoanálisis tiene frecuente ocasión de comprobar la gran participación que una educación inadecuadamente severa tiene en la producción de enfermedades anímicas o con qué pérdidas de la capacidad de rendimiento y de goce es conquistada la normalidad exigida. Y también puede enseñar cuán valiosas aportaciones proporciona estos instintos perversos y asociales del niño a la formación del carácter  cuando no sucumben a la represión, sino que son desviados por medio del proceso llamado sublimación, de sus fines primitivos y dirigidos hacia otros más valiosos.

(continuará)

Del texto “Psicoanálisis y educación”
Dr. Carlos Fernández

viernes, 14 de noviembre de 2014

PSICOANÁLISIS Y EDUCACIÓN

PREGUNTAN LOS MÉDICOS, LOS PSICÓLOGOS, LOS DOCENTES, LOS PADRES: ¿CUANDO ESTÁ INDICADO EL PSICOANÁLISIS EN LOS NIÑOS?

         La infancia, en psicoanálisis, es un tiempo que transcurre sólo en el adulto. ¿? Me explico: la sexualidad humana es única entre los seres vivos, es la única sexualidad que se caracteriza por transcurrir en dos tiempos diferentes, separados por un período de latencia. Al primero de esos tiempos le denominamos “sexualidad infantil” acontece hasta los 3 o 4 años de edad y al segundo tiempo que acaece entre los 9 y 14 años “metamorfosis de la pubertad” y, al periodo entre los 5 y los 8 años aproximadamente nos referimos cómo “Período de latencia”.
         Y es, desde la metamorfosis de la pubertad, donde se abrochan los conceptos sobre la sexualidad y la muerte, precipitan los pensamientos sobre la amistad, lo grupal, el trabajo y los proyectos, los límites y la ley, en definitiva, los elementos que considera la Constitución como mayoría de edad, en nuestro país a los 18 años.
         Según el estudio que se realice del paciente, se puede considerar pediátrico hasta los 14 años, cadete o juvenil para el deporte, preescolar o escolar para la docencia y a nivel de la salud mental podemos con amplios márgenes decir que: si el niño tiene menos de 4 o 5 años, además de atender al niño, hay que escuchar muy detenidamente a los padres en todos los casos ya que generalmente un conflicto en los adultos (no posible de ser elaborado por el niño) se está manifestando en dificultad para dormir, pesadillas nocturnas, problemas con la alimentación, peleas con los hermanos, pataletas prolongadas que genera inquietud en los padres. Un asesoramiento con los padres suele ser muy resolutivo.
         Si la edad esta cercana a la pubertad (9 a 14 años) hay que recibir y escuchar al joven que siente cambios corporales que a veces, no entiende, modificaciones en el tono de su voz, necesidad de ideales, libertad y una gran capacidad creativa o deportiva que pide ser canalizada, por lo que la “orientación vocacional” es prioritaria en estas edades.
         En el período de latencia, en esa edad del pavo, a los padres y tutores, les corresponde lo más difícil y sencillo: dejar crecer y dejar hacer porque a veces, no hacer es un hacer necesario para el crecimiento  del otro. Recibir  a la familia y escucharlos puede desdramatizar situaciones incómodas por, la actitud de los jóvenes y las ambiciones de los padres.
         Aconsejo a todos aquellos interesados en conocer al detalle que cosas suceden en cada uno de esos períodos descritos, leer el artículo de Sigmund Freud   “Tres ensayos para una teoría sexual”. La mejor traducción que conozco es de López Ballesteros.
         Y para terminar abrochar con el principio, el psicoanálisis para los niños, debe comenzar por el psicoanálisis de los adultos.


         (continuará)

         Dr. Carlos Fernández del Ganso
        Del texto "Psicoanálisis y Educación"
         www.carlosfernandezdelganso.com

viernes, 7 de noviembre de 2014

PSICOANÁLISIS Y EDUCACIÓN


SUFRIR O GOZAR ESTUDIANDO, ES UNA DECISIÓN

            En cuanto a la tercera fuente de sufrimiento, el de origen social, nos negamos en absoluto a aceptarlo, no atinamos a comprender porque las instituciones que nosotros mismos hemos creado no habrían de representar más bien protección y bienestar para todos. Sin embargo, si consideramos cuán pésimo resultado hemos obtenido precisamente en este sector de la prevención contra el sufrimiento; comenzando a sospechar que también aquí podría ocultarse una porción de la indomable naturaleza, tratándose esta vez de nuestra propia constitución psíquica.
            Una “técnica” para evitar el sufrimiento, será la sublimación de los instintos, es decir acrecentar el placer del trabajo psíquico e intelectual. Las satisfacciones de esta clase, como la que el artista experimenta en la creación, en la encarnación de sus fantasías; la del investigador en la solución de sus problemas y en el descubrimiento de la verdad, son de una calidad especial, pudiendo metafóricamente decir que son más “nobles y elevadas” que la satisfacción de impulsos instintivos groseros y primarios. Aunque  debemos reconocer que el punto débil de este método radica en que su aplicabilidad no es general, ya que sólo es aplicable a pocos seres (nos referimos a los que trabajan por una vocación especial) y, además no ofrece una completa protección contra el sufrimiento, pues recordemos que la fuerza de la naturaleza siempre está presente y del cuerpo propio no se puede huir.
            Cualquier tipo de trabajo ofrece la posibilidad de ligar al individuo tan fuertemente a la realidad como ninguna otra actividad vital consigue,  incorporándolo solidamente a la comunidad humana. No obstante el trabajo es menospreciado por el hombre como camino a la felicidad. No se precipita a él como a otras fuentes de goce y la inmensa mayoría de los seres sólo trabajan bajo el imperio de la necesidad, y de esta aversión humana al trabajo se derivan los más dificultosos problemas sociales.
            Nos permitimos recomendar leer la obra de Sigmund Freud, a todos, en especial aquellos que por su profesión trabajen en la salud y la educación. Decimos que gobernar, educar y psicoanalizar son tareas imposibles, es decir transcurren inconscientemente, no cesan de no escribirse y el sujeto siempre está implicado en lo que le sucede. El psicoanálisis escucha al docente y pone a su disposición herramientas eficaces para su formación.

(continuará)

Dr. Carlos Fernández del Ganso
Del texto “Psicoanálisis y Educación”


viernes, 31 de octubre de 2014

PSICOANÁLISIS Y EDUCACIÓN

        
          LAS FUENTES DEL SUFRIMIENTO

         Rescatando de los poetas podemos decir: “No debemos calmar el hambre  nunca”, “Hambre y amor hacen girar coherentemente el mundo”. La libertad individual no es un bien de la cultura, pues era máxima antes de toda cultura, aunque carecía de valor porque el individuo apenas era capaz de defenderla. La sustitución del poderío individual por el de la comunidad, representó el paso decisivo hacia la cultura.

         La escritura es, originalmente, el lenguaje del ausente. Y leyendo lo escrito podemos aprender, por ejemplo, que el ser humano vive en un malestar constante, se sabe caduco y su propia temporalidad le impele inexorablemente hacia delante, pero el malestar del sujeto no procede de la cultura sino del sentimiento inconsciente de culpabilidad. Y éste sentimiento inconsciente de culpabilidad se expresa como necesidad inconsciente de castigo, pudiendo llevar al sujeto a delinquir, no sintiendo culpa por el delito realizado, sino que el sentimiento de culpa le lleva delinquir para ser castigado y así sentir alivio. Es decir la culpa es previa al acto delictivo y el castigo le alivia de éste sentimiento que es inconsciente.

          Estudiar y suspender un examen puede ser vivido como un castigo por fantasías, inhibiciones, culpa, vergüenza… sentimientos todos ellos inconscientes que pueden detectarse en el estudio.

         Las fuentes del sufrimiento humano son tres: la supremacía de la naturaleza, la caducidad de nuestro propio cuerpo y la insuficiencia de nuestros métodos para regular las relaciones humanas en la familia, el Estado y la sociedad. En lo que se refiere a las dos primeras fuentes nos vemos obligados a reconocerlas e inclinarnos ante lo inevitable. Jamás llegaremos a dominar completamente la Naturaleza y nuestro organismo, que forma parte de ella, siempre será imperecedero y limitado en su capacidad de adaptación y rendimiento. Y quien piense lo contrario ha perdido el juicio, nos señala Freud.

         De ésta tierra no nos podemos ir, ni caer.

         La comprobación diaria de estos datos no es descorazonante, muy al contrario, ya que señala dirección a seguir en nuestra actividad. Así la belleza, el orden y la limpieza ocupan una posición particular entre las exigencias culturales, de modo que el Trabajo y el Amor junto con la Necesidad  se convirtieron en padres de la cultura humana.

          En cuanto a la tercera fuente de sufrimiento, el de origen social, nos negamos en absoluto a aceptarlo, no atinamos a comprender porque las instituciones que nosotros mismos hemos creado no habrían de representar más bien protección y bienestar para todos. Sin embargo, si consideramos cuán pésimo resultado hemos obtenido precisamente en este sector de la prevención contra el sufrimiento; comenzando a sospechar que también aquí podría ocultarse una porción de la indomable naturaleza, tratándose esta vez de nuestra propia constitución psíquica.

         (continuará)

         Del texto “Psicoanálisis y educación”
Dr. Carlos Fernández del Ganso



viernes, 24 de octubre de 2014

PSICOANÁLISIS Y EDUCACIÓN

     
   LEER, OLVIDAR, VOLVER A LEER


            Se trata de leer el mayor número de veces y olvidar el mayor número de veces. En el estudio primero está la repetición y sólo después viene la rememoración. Es por el lenguaje que el sujeto va a estructurar su formación y es a través del lenguaje que se aprende a saber. El ser del sujeto, en el estudio, guarda relación con el lenguaje. Y el inconsciente (memoria que nada olvida) está estructurado como lenguaje. Las leyes del lenguaje actúan inconscientemente en el sujeto dividido, dividido entre la razón de los conocimientos y la lógica inconsciente del saber. Primero se recomienda hablar, leer, jugar… y después se aprenderá a interpretar, a estudiar, a competir, a escribir.
            Toda formación humana siempre acontece entre otros (en uno entre otros unos) en una cadena significante (aquella que representa a cada estudiante para la formación) basada en las diferencias que nos hace semejantes frente a la letra.
            En cuanto a los castigos decir que: “bueno-malo”, “premio-castigo”, son polos dialécticos de la ideología encargada de transmitir el sentimiento inconsciente de la culpa como pecado y exonerar a los trabajadores de la Escuela, porque no solo hay suicidios en los centros escolares, no solo droga se oferta, también la ignorancia es una pasión del ser, también hay amores que maltratan y odio contra el cual crecer. Y en cuanto a las huellas que se pretende dejar, debe saberse que el significante borra toda huella y la escritura es el tiempo de toda humanidad.
            El sentimiento de culpabilidad es el problema más importante de la evolución cultural. Nos señala Freud que el precio pagado por el progreso de la cultura reside en la “pérdida de felicidad”  por aumento del sentimiento de culpabilidad.
            El hecho de que oculte a los jóvenes el papel que la sexualidad habrá de desempeñar en su vida, no es el único reproche que se puede aducir contra la educación. Al entrar la juventud en la vida con tan errónea orientación psíquica, la educación se conduce como si se enviara a una expedición polar a gente vestida con ropa de verano y equipada con mapas de los trópicos.

(continuará)


Del texto "Psicoanálisis y Educación"
Dr. Carlos Fernández del Ganso
www.carlosfernandezdelganso.com

viernes, 17 de octubre de 2014

PSICOANÁLISIS Y EDUCACIÓN


LA ESCUCHA EN EL APRENDIZAJE

            Al humano nada de la realidad le resulta ajeno. Los objetos, los fenómenos, las estrellas no existen antes de ser nombradas y las leyes del lenguaje (que nos anticipan a todos en todo) son descritas funcionando a nivel inconsciente.
            El inconsciente está estructurado como lenguaje. Las operaciones del lenguaje se realizan a nivel inconsciente, estando sobredeterminado qué significante nos representa como sujetos y siempre para otro significante. Así soñamos y cometemos lapsus o realizamos actos fallidos, hablamos y siempre decimos más de lo que creemos decir en los tonos de voz, las reiteraciones, los gestos corporales, los silencios estando en cada manifestación, el sujeto del enunciado y el sujeto de la enunciación  hablando.
            Aprender a escuchar lo inconsciente en el proceso de aprendizaje, es un trabajo.
            El psicoanálisis es un derecho para todos, también para el profesorado.
            En el educar hay un dominio sobre el otro (se imponen límites, normas) por eso que la ”intervención” en el proceso de la educación es una “no intervención”. Antes de trabajar con el otro, el profesorado tiene el derecho a implicarse hablando y poniendo en juego sus deseos, inhibiciones y fantasías.
            Lo humano es histórico porque existe una escritura que da cuenta de él. Siempre se hizo preguntas, no tanto para responderlas, sino para poder desplegar, para aprender a soportar la inquietud por conocer, la incertidumbre del saber, el hambre que nunca se debe saciar. Los poetas aconsejan huir de todo confort intelectual.
            Freud en el ensayo que tituló “El proyecto de una psicología para neurólogos” anticipa lo que otras disciplinas como la neuropsicología, años después, vino a proponer y así podemos rescatar en éste artículo de 1895 que “el afecto enturbia el pensamiento” y con la separación definitiva de lo intelectual y lo afectivo, se inaugura el pensamiento como inconsciente.
            La interpretación  psicoanalítica produce otra alteridad, otra lectura de la realidad que permite lo nuevo, lo nunca sido; siendo capaz de transformar el animalito enfermo que es el cachorro humano al nacer, en un sujeto capaz de amar y trabajar.

            (continuará)

            Del texto “Psicoanálisis y Educación”
            Dr. Carlos Fernández


           www.carlosfernandezdelganso.com

viernes, 10 de octubre de 2014

PSICOANÁLISIS Y EDUCACIÓN


REITERAR EN LA EDUCACIÓN ES RENTABLE

         Articular las prácticas que trabajan la salud y la educación, como el psicoanálisis y el magisterio, al igual que las cosas grandes se hace a través de los años. “Querer hacer todos los días algo diferente, es muy juvenil, poco práctico y no permite enamorarse de nada. Un estilo necesita que algo se repita”, así nos dice la poesía de Miguel Oscar Menassa y nos muestran los poetas.
         Reiterar es educar. Un sujeto deseante es aquel que muestra su implicación y cómo lo que se desea son deseos, sólo si toleramos la presencia de otro deseante, es decir si podemos escuchar, hablar, leer, escribir, trabajar y amar, se podrá crecer.
         La educación  es un proceso grupal y como máquina productora de sujetos,  acontece en presencia de cada integrante lo semejante y lo diferente en las producciones que darán cuenta de cada sujeto. Reconocer que nunca fuimos perfectos ni completos es un saber, por eso cuanto más se estudia, más se reconoce lo que aún desconocemos.
         El sujeto psíquico, el que acepta que los procesos del pensamiento suceden a nivel inconsciente:  que la memoria es pulsional, que sin el trabajo de la repetición y sin la implicación del lector transformándose no hay saber; el que reconoce que sin maestro no hay discípulo, siendo el discípulo el que tiene que tomarse el trabajo de construir un maestro, ese sujeto es un habitante del siglo XXI. No es fácil.
         Sigmund  Freud es un científico y el psicoanálisis una ciencia, podemos decir que Freud es un maestro que hasta el final de su vida se mantuvo como estudioso, es decir, antes de escribir, leía, contrastaba y anotaba todo lo referente al tema de estudio (tiempo de investigación) y posteriormente escribía teniendo en cuenta al lector desde la función  poética (tiempo de exposición). Y cuando le preguntaron que era para él un hombre sano, respondió aquel que sea capaz de trabajar y amar.
         Tiempos diferentes el de investigación y el de exposición en la escritura base material de las ciencias. Así podemos realizar una lectura productiva, es decir podemos leer e interpretar con el psicoanálisis otras disciplinas, ya que el método científico que produjo Freud, como superestructura, permitió descubrir las leyes del lenguaje que legislan otras estructuras de investigación en las que hay sujeto de la lectura. Por ejemplo el método psicoanalítico puede leer e interpretar al sujeto de las matemáticas, de la física, de la lingüística…
         Tiene esa peculiaridad el descubrimiento freudiano, al producir ese sujeto psíquico y social (doble y dividido para siempre en un Sistema Inconsciente y un Sistema Preconsciente-Conciencia). Sujeto psíquico y social de manera simultanea en cada acto, en cualquier actividad cotidiana y también en el aprendizaje, tanto para los alumnos como para el profesorado y los padres.

         Del texto “Psicoanálisis y Educación”

         Dr. Carlos Fernández del Ganso




viernes, 3 de octubre de 2014

PSICOANÁLISIS Y EDUCACIÓN

LA EDUCACIÓN ES GRUPAL


            En el proceso de aprendizaje se trata de ¿enseñar o dejar aprender? Educar es una tarea imposible en el sentido de que siempre hay que tener en cuenta al sujeto de la experiencia, en este caso al que decidió posicionarse como alumno. Es cierto que el educador desempeña una función imprescindible (ya qua nadie nace sabiendo y solos nada podemos). En todo aprendizaje el que enseña algo aprende y el que aprende algo enseña. El lenguaje no tiene dueño ni esclavos, todos tenemos el derecho a ser usuarios en el campo del lenguaje, de la función en la palabra.
Partiendo de poesía (histórico instrumento de conocimiento) y del psicoanálisis (científico método en la producción de saber), sabemos que ley, límites y crecimiento hay para todos, aunque sabemos que algunos no podrán, alguno nunca querrá. Hay cuestiones que no tienen arreglo y debemos admitir que eso es un límite. Así como la ignorancia es una pasión del ser, el amor y el odio también son pasiones cuya dimensión puede devolvernos la poesía e interpretar el psicoanálisis.
Heredar todos hemos heredado (el lenguaje, una familia, una ciudad iluminada, bibliotecas, estadios deportivos…) pero no alcanza con haber heredado. Sin el trabajo permanente de hacer propio lo ya heredado, sin el trabajo de hacernos sujetos hablantes y deseantes, psíquicos y sociales, sin ese proceso humano por excelencia, difícilmente se ingresa en lo que denominamos proceso de educación.
No se puede ser puro símbolo, ni sólo carne, no se puede abandonar lo biológico que nos acompaña desde el nacimiento por proceder de padre y madre. la especie siempre está presente, no se puede educar lo animal, se puede domesticar.
Lo que se puede es dejar huellas, marcas indelebles de la presencia de un sujeto para otros que vendrán, ya que el símbolo es previo a todo lo real y la realidad es metáfora de todo lo posible. Un ejemplo: gracias a las metafísicas se produjo, entre otras cosas, la fórmula de la velocidad y gracias a la física, se inventó la máquina herramienta y la producción en serie.  Y gracias a otros pensadores y científicos, en la actualidad disponemos unas expectativas de vida, salud y educación diferentes.
En el mismo planeta habitan pensamientos con elevada carga de prejuicios o una moral individualista convive con ideologías grupales. Hasta la ignorancia es docta, si el que escucha conoce la existencia de conceptos teóricos como el Inconsciente.
Y no consiste sólo en acceder al saber o al conocimiento (cuestiones que son diferentes) sino de saber qué sujeto es el que accede, de modo que si el que lo realiza lo hace como trabajo de apropiación de algo “ya hecho” ya realizado, será una cosa, pero si el que accede “se tiene que hacer”, es decir algo se debe transformar para apropiarse será otra cuestión, que conlleva una complejidad. Nadie dice que sea fácil crecer, en un mundo donde casi nadie tolera a casi nadie, en un mundo donde un desacuerdo se pretende resolverlo bélicamente. Estudiar, aprender y crecer, implica todos los casos al sujeto en una red social, significante, productiva y estética.

(continuará)

Del texto “Psicoanálisis y educación”
Dr. Carlos Fernández

viernes, 26 de septiembre de 2014

PSICOANÁLISIS Y EDUCACIÓN


EL TIEMPO DEL ESTUDIO SE PRODUCE

El tiempo del estudio se produce. En la formación humana no hay acumulación de datos o conocimientos, hay articulación de significantes que producen un saber. Y por las características del aparato psíquico, donde acontece este proceso de aprendizaje, la conciencia a través de los órganos de la percepción, recibe una información que no puede almacenar, pasando a otra instancia que recibe estas huellas verbales a la que llamamos memoria. La memoria organiza por afinidad, temporalidad y repetición lo significante de cada tema. Esta operación se realiza de manera inconsciente, actuando mecanismos psíquicos como: la condensación, el desplazamiento, la puesta en escena, la elaboración secundaria, las resistencias… Siendo de todos ellos el mecanismo de la Represión el fundante del pensamiento, los afectos, los sueños, los síntomas, los lapsus, el humor, los actos fallidos y también los olvidos, los actos fallidos y los recuerdos, tan importantes en la educación.
El aprendizaje se produce (no es innato o natural o previo) con trabajo cuando acontece una articulación significante de conceptos, es decir el sujeto de la experiencia, el estudiante está implicado en la operación del aprendizaje. Y como solos nada podemos, también forman parte del proceso educativo: los educadores, los padres, los familiares, los médicos, los periodistas, los políticos…
En el proceso de aprendizaje se trata de ¿enseñar o dejar aprender? Educar es una tarea imposible en el sentido de que siempre hay que tener en cuenta al sujeto de la experiencia, en este caso al educando que decidió posicionarse como alumno. Es cierto que el educador desempeña una función imprescindible (ya que nadie nace sabiendo y solos nada podemos). En todo aprendizaje el que enseña algo aprende y el que aprende algo enseña. El lenguaje no tiene dueño ni esclavos, todos tenemos el derecho a ser usuarios en el campo del lenguaje, de la función de la palabra.
Partiendo de la poesía (histórico instrumento de conocimiento) y el psicoanálisis (científico método en la producción de saber), sabemos que humana-mente se puede aprender a aprehender.
(continuará)

Del texto “Psicoanálisis y educación”
Dr. Carlos Fernández