martes, 29 de marzo de 2011

DILAPIDAR TANTA RIQUEZA NO TIENE PERDÓN NI OLVIDI

CARTA ABIERTA A LOS SEÑORES DEL FÚTBOL

Madrid, lunes 28 de marzo de 2011


Estimados señores del balompié: digo directivos como pude decir jugadores, técnicos, periodistas y otros profesionales que trabajan y viven por y para el fútbol, así como a todos los aficionados que se divierten día a día con el devenir cotidiano del deporte rey. A incluir a todos en esta carta, habla una voz. Al decidir unos pocos hablan los votos o el poder que otorgan las acciones. Tal vez vaya siendo el tiempo de leer e interpretar los errores (necesarios y ya cometidos) para puntuar la actualidad del fútbol, como paradigma social. Tal vez en España sucede (en el fútbol internacional también) una mayor presencia del idioma castellano y portugués que del inglés, alemán, italiano o francés. Los países de habla portuguesa y española son los que más Campeonatos del Mundo han ganado en la historia. Quiero señalar que lo íbero y latinoamericano, tal vez, sea lo más comercial, los mejores clientes y socios para conversar sobre el futuro, también, del balompié. No aprovechar la maravillosa e inigualable plataforma que representa el fútbol, para transmitir a las futuras generaciones valores como: el compañerismo, la competencia leal, el trabajo, estudio, orden y limpieza, la salud, el arte, la solidaridad, respeto…. Poner en riesgo ese paradigma social para difundir al pueblo humanidad y cultura, por villanos sentimientos de omnipotencia que se escuchan, tanto en el reparto televisivo del dinero, como en los partidos ganados, o en los desaires con el rival necesario en la competencia, en la mala prensa amarilla husmeando con la ignorancia por bandera, por la fiebre enloquecida de ambiciones malignas y la envidia mezquina donde la culpa siempre la tienen los otros. Estropear la alegría que conlleva el fútbol, la pasión de todos juntos cantando en una sola voz: gol, es un acto de guerra sucia. Algún directivo, técnico, jugador, periodista, aficionado…¿no está de acuerdo en que: se cuide el fútbol base, se potencie el fútbol femenino, se gané más dinero, se juegue cada vez mejor, aparezcan nuevas figuras, la competencia sea cada vez mayor, sean cultos los deportistas, se cuide la salud de todos, se difunda en todas direcciones, se genere riqueza para muchos?, ¿alguien no está de acuerdo en que todo esto suceda en el fútbol? Si tanta gente inteligente no puede ponerse de acuerdo, para que sigan jugándose partidos de fútbol y esté al alcance todos, la posibilidad de jugar y ver jugar a los más grandes, estaremos dilapidando una riqueza poética, que nos llevó siglos construir. Me permito una indicación precisa: en las negociaciones de los señores del fútbol sobre los temas actuales, entre los diferentes expertos presentes, no deben faltar los psicoanalistas.

Dr. Carlos Fernández Médico Psicoanalista. Especialista en Dirección Deportiva.


martes, 22 de marzo de 2011

AUTOBIOGRAFÍA. SIGMUND FREUD (1924-1925)

LA SEXUALIDAD INFANTIL


He indicado ya que la investigación de las causas y fundamentos de la neurosis nos llevó, con frecuencia cada vez mayor, al descubrimiento de conflictos entre los impulsos sexuales del sujeto y la resistencia contra la sexualidad. En la busca de las situaciones patógenas en las cuales se habían producido las represiones de la sexualidad, y de las cuales procedían los síntomas, surgidos como productos sustitutivos de lo reprimido, llegamos hasta los años más tempranos de la vida infantil del sujeto. Resultó así algo que los poetas y psicólogos han afirmado siempre, esto es, que las impresiones de este temprano período de vida, no obstante sucumbir en su mayor parte a la amnesia, dejan huellas perdurables en el desarrollo del individuo, determinando, sobre todo, la predisposición a ulteriores enfermedades neuróticas. Pero dado que en estas impresiones infantiles se trataba siempre de excitaciones sexuales y de la reacción contra ellas, nos encontramos ante el hecho de la sexualidad infantil, que significaba otra novedad contraria a los más enérgicos prejuicios de los hombres. Se acepta, en efecto, generalmente que la infancia es «inocente», hallándose libre de todo impulso sexual, y que el combate contra el demonio de la «sensualidad» no comienza hasta la agitada época de la pubertad.
Los casos de actividad sexual observados en sujetos infantiles eran considerados como signos de degeneración o corrupción prematura o como curiosos caprichos de la Naturaleza. Son muy pocos los descubrimientos del psicoanálisis que han tropezado con una repulsa tan general y provocado tanta indignación como la afirmación de que la función sexual se inicia con la vida misma y se manifiesta ya en la infancia por importantísimos fenómenos. Y, sin embargo, ningún otro descubrimiento psicoanalítico puede ser demostrado tan fácil y completamente como éste.
Antes de adentrarme más en el estudio de la sexualidad infantil he de recordar un error, al que sucumbí durante algún tiempo, y que hubiese podido serme fatal. Bajo la presión del procedimiento técnico que entonces usaba, reproducían la mayoría de mis pacientes escenas de su infancia cuyo contenido era su corrupción sexual por un adulto. En las mujeres este papel de corruptor aparecía atribuido, casi siempre, al padre. Dando fe a estas comunicaciones de mis pacientes, supuse haber hallado en estos sucesos de corrupción sexual durante la infancia las fuentes de las neurosis posteriores. Algunos casos en los que tales relaciones con el padre, el tío o un hermano mayor habían continuado hasta años cuyo recuerdo conservaba clara y seguramente el sujeto, robustecieron mi convicción.
No extrañaré que ante estas afirmaciones sonría irónicamente algún lector, tachándome de demasiado crédulo; pero he de hacer constar que esto sucedía en una época en la que imponía intencionadamente a mi juicio crítico una estrecha coerción para obligarle a permanecer imparcial ante las sorprendentes novedades que el naciente método psicoanalítico me iba descubriendo. Cuando luego me vi forzado a reconocer que tales escenas de corrupción no habían sucedido realmente nunca, siendo tan sólo fantasías imaginadas por mis pacientes, a los que quizá se las había sugerido yo mismo, quedé perplejo por algún tiempo. Mi confianza en mi técnica y en los resultados de la misma recibió un duro golpe. Había llegado, en efecto, al conocimiento de tales escenas por un camino técnico que me parecía correcto, y su contenido se hallaba evidentemente relacionado con los síntomas de los que mi investigación había partido. Continúa…

viernes, 18 de marzo de 2011

FASES EVOLUTIVAS DE LA ORGANIZACIÓN SEXUAL

AMBIVALENCIA

Esta forma de organización sexual puede conservarse a través de toda la vida y apropiarse gran parte de la actividad sexual. El predominio del sadismo y el papel de cloaca en la zona anal le prestan un marcado sello arcaico. Otro de sus caracteres es el de que las tendencias antagónicas son de igual fuerza, circunstancia para la cual ha creado Bleuler el término «ambivalencia». La hipótesis de la existencia de organizaciones pregenitales en la vida sexual está fundada en el análisis de las neurosis, y solamente en relación con estos análisis puede estudiársela. Debemos esperar que continuadas investigaciones analíticas nos proporcionen más datos sobre la construcción y el desarrollo de la función sexual normal. Para completar el cuadro de la vida sexual infantil debe añadirse que con frecuencia o regularmente tiene ya lugar en los años infantiles una elección de objeto tal y como vimos era característica de la fase de la pubertad; elección que se verifica orientándose todos los instintos sexuales hacia una única persona, en la cual desean conseguir sus fines.
Esta es la mayor aproximación posible en los años infantiles a la constitución definitiva de la vida sexual posterior a la pubertad. La diferencia está tan sólo en qué la síntesis de los instintos parciales y su subordinación a la primacía de los genitales no se verifica en la niñez, o sólo se verifica muy imperfectamente. La formación de esta primacía en aras de la reproducción, es, por tanto, la última fase de la organización sexual.

“Tres Ensayos para una Teoría sexual” Sigmund Freud (1905)

jueves, 17 de marzo de 2011

FASES EVOLUTIVAS DE LA ORGANIZACIÓN SEXUAL

Hasta ahora hemos hecho resaltar como caracteres de la vida sexual infantil su esencia autoerótica; esto es, el encontrar su objeto en el propio cuerpo y el hecho de permanecer aislados y sin conexión todos los instintos parciales, tendiendo independientemente cada uno hacia la obtención de placer. El final del desarrollo está constituido por la llamada vida sexual normal del adulto, en la cual la consecución de placer entra al servicio de la función reproductora, habiendo formado los instintos parciales bajo la primacía de una única zona erógena; una firme organización para la consecución del fin sexual en un objeto sexual exterior.

ORGANIZACIONES PREGENITALES

El estudio psicoanalítico de las inhibiciones y perturbaciones que aparecen en este proceso evolutivo nos permite descubrir nuevos agregados y grados preliminares de tal organización de los instintos parciales, que nos dejan deducir una especie de régimen sexual. Estas fases de la organización sexual transcurren normalmente sin dejar advertir su paso más que por muy breves indicios.
Sólo en los casos patológicos se activan y aparecen reconocibles a la investigación exterior. Denominaremos pregenitales a aquellas organizaciones de la vida sexual en las cuales las zonas genitales no han llegado todavía a su papel predominante. Hasta ahora hemos conocido dos de estas organizaciones, que pueden considerarse como regresiones a primitivos estados zoomórficos. La primera de estas organizaciones sexuales pregenitales es la oral o, si se quiere, caníbal. En ella, la actividad sexual no está separada de la absorción de alimentos. El objeto de una de estas actividades es también objeto de la otra, y el fin sexual consiste en la asimilación del objeto, modelo de aquello que después desempeñará un importantísimo papel psíquico como identificación. Como resto de esta fase de organización ficticia y que sólo la patología nos fuerza a admitir puede considerarse la succión, en la cual la actividad alimenticia ha sustituido el objeto exterior por uno del propio cuerpo (chupeteo del pulgar). Una segunda fase pregenital es la de la organización sádico-anal. En ella, la antítesis que se extiende a través de toda la vida sexual está ya desarrollada; pero no puede ser aún denominada masculina y femenina, sino simplemente activa y pasiva. La actividad está representada por el instinto de aprehensión, y como órgano con fin sexual pasivo aparece principalmente la mucosa intestinal erógena. Para ambas tendencias existen objetos, pero no coincidentes. Al mismo tiempo actúan autoeróticamente otros instintos parciales. En esta fase aparecen ya, por tanto, la polaridad sexual y el objeto exterior. La organización y la subordinación a la función reproductora faltan todavía.
“Tres Ensayos para una Teoría sexual” Sigmund Freud (1905)

miércoles, 16 de marzo de 2011

LA INVESTIGACIÓN SEXUAL INFANTIL

TEORÍAS SOBRE EL NACIMIENTO


Muchos hombres recuerdan claramente la intensidad con que se interesaron, en la época anterior a la pubertad, por el problema de la procedencia de los niños. Las infantiles soluciones anatómicas dadas al enigma son muy diversas: los niños salen del pecho, son sacados cortando el cuerpo de la mujer o surgen abriéndose paso por el ombligo. Estas investigaciones de los tempranos años infantiles se recuerdan raramente fuera del análisis, pues han sucumbido a la represión; pero sus resultados, cuando se logra atraerlos a la memoria, muestran todos una íntima analogía. Otra de las teorías infantiles es la de que los niños se conciben al comer alguna cosa determinada (como en las fábulas) y nacen saliendo del intestino como en el acto excrementicio. Estas teorías del niño recuerdan la forma del parto en el reino animal, y especialmente la cloaca de aquellos tipos zoológicos de especies inferiores a los mamíferos.

“Tres ensayos para una teoría sexual” Sigmund Freud

martes, 15 de marzo de 2011

LA INVESTIGACIÓN SEXUAL INFANTIL

COMPLEJO DE CASTRACIÓN Y ENVIDIA POR LA POSESIÓN DEL PENE

Esta convicción es enérgicamente conservada por el sujeto infantil, que la defiende frente a las contradicciones que la observación le muestra en seguida, y no la pierde hasta después de graves luchas interiores (complejo de castración). Las formaciones sustitutivas de este pene, que el niño supone perdido en la mujer, juegan en la morfología de numerosas y diversas perversiones un importantísimo papel. La hipótesis de que ambos sexos poseen el mismo aparato genital (el masculino) es la primera de estas teorías sexuales infantiles, tan singulares y que tan graves consecuencias pueden acarrear. De poco sirve al niño que la ciencia biológica dé la razón a sus prejuicios y reconozca el clítoris femenino como un verdadero equivalente del pene. La niña no crea una teoría parecida al ver los órganos genitales del niño diferentes de los suyos. Lo que hace es sucumbir a la envidia del pene, que culmina en el deseo, muy importante por sus consecuencias, de ser también un muchacho.

“Tres ensayos para una teoría sexual” Sigmund Freud

lunes, 14 de marzo de 2011

LA INVESTIGACIÓN SEXUAL INFANTIL

EL ENIGMA DE LA ESFINGE


Intereses prácticos, y no sólo teóricos, son los que ponen en marcha en el niño la obra de la actividad investigadora. La amenaza de sus condiciones de existencia por la aparición, real o simplemente sospechada, de un nuevo niño, y el temor de la pérdida que este suceso ha de acarrear para él con respecto a los cuidados y al amor de los que le rodean, le hacen meditar y tratar de averiguar el problema de esta aparición del hermanito. El primer problema de que el niño se ocupa no es, por tanto, el de la diferencia de los sexos, sino el enigma de la procedencia de los niños. Bajo un disfraz fácilmente penetrable, es también éste el problema cuya solución propone la esfinge tebana. El hecho de la existencia de dos sexos lo acepta el niño al principio sin resistencia ni sospecha alguna. Para el niño es natural la suposición de que todas las personas que conoce poseen un órgano genital exacto al suyo y no puede sospechar en nadie la falta de este órgano.


“Tres Ensayos para una teoría sexual” Sigmund Freud


domingo, 13 de marzo de 2011

LA INVESTIGACIÓN SEXUAL INFANTIL

EL INSTINTO DE SABER


Hacia la misma época en que la vida sexual del niño alcanza su primer florecimiento, esto es, del tercero al quinto año, aparecen en él los primeros indicios de esta actividad, denominada instinto de saber (Wissenstrieb) o instinto de investigación. El instinto de saber no puede contarse entre los componentes instintivos elementales ni colocarse exclusivamente bajo el dominio de la sexualidad. Su actividad corresponde, por un lado, a una aprehensión sublimada, y por otro, actúa con la energía del placer de contemplación. Sus relaciones con la vida sexual son, sin embargo, especialmente importantes pues el psicoanálisis nos ha enseñado que el instinto de saber infantil es atraído (y hasta quizá despertado) por los problemas sexuales en edad sorprendentemente temprana y con insospechada intensidad.

“Tres Ensayos para una teoría sexual” Sigmund Freud

sábado, 12 de marzo de 2011

FASES EVOLUTIVAS DE LA ORGANIZACIÓN SEXUAL

LOS DOS TIEMPOS DE LA ELECCIÓN DE OBJETO

Puede considerarse como un fenómeno típico el que la elección de objeto se verifique en dos fases: la primera comienza en los años que van del segundo al quinto, es detenida o forzada a una regresión por la época de latencia y se caracteriza por la naturaleza infantil de sus fines sexuales. La segunda comienza con la pubertad y determina la constitución definitiva de la vida sexual. El hecho de que la elección de objeto se realice en dos períodos separados por el de latencia, es de gran importancia en cuanto a la génesis de ulteriores trastornos del estado definitivo. Los resultados de la elección infantil de objeto alcanzan hasta épocas muy posteriores, pues conservan intacto su peculiar carácter o experimentan en la pubertad una renovación. Más llegado este período, y a consecuencia de la represión que tiene lugar entre ambas fases, se demuestran, sin embargo, como utilizables. Sus fines sexuales han experimentado una atenuación y representan entonces aquello que pudiéramos denominar corriente de ternura de la vida sexual. Sólo la investigación psicoanalítica puede demostrar que detrás de esta ternura, respecto y consideración se esconden las antiguas corrientes sexuales de los instintos parciales infantiles, ahora inutilizables. La elección de objeto en la época de la pubertad tiene que renunciar a los objetos infantiles y comenzar de nuevo como corriente sensual. La no coincidencia de ambas corrientes da con frecuencia el resultado de que uno de los ideales de la vida sexual, la reunión de todos los deseos en un solo objeto, no pueda ser alcanzado.

“Tres ensayos para una Teoría sexual” Sigmund Freud (1905)

miércoles, 9 de marzo de 2011

LA INVESTIGACIÓN SEXUAL INFANTIL

FRACASO TÍPICO DE LA INVESTIGACIÓN SEXUAL INFANTIL

En general puede decirse que las teorías sexuales infantiles son imágenes de la propia constitución sexual del niño, y qué, a pesar de sus grotescos errores, indican más comprensión de los procesos sexuales de la que se sospecharía en sus creadores. Los niños advierten la transformación producida por el embarazo en su madre y saben interpretarla muy justamente. La fábula de la cigüeña es escuchada a veces por ellos con una profunda desconfianza, generalmente muda; pero, dado que la investigación sexual infantil desconoce siempre los elementos: el papel fecundante del semen y la existencia del orificio vaginal, puntos en los cuales la organización infantil aún no está completada, los trabajos de la investigación infantil permanecen infructuosos y terminan en una renuncia que produce muchas veces una interrupción duradera del instinto de saber. La investigación sexual de estos años infantiles es llevada siempre a cabo solitariamente y constituye un primer paso del niño hacia su orientación independiente en el mundo, alejándole de las personas que le rodean y que antes habían gozado de su completa confianza.

“Tres ensayos para una teoría sexual” Sigmund Freud

martes, 8 de marzo de 2011

LA INVESTIGACIÓN SEXUAL INFANTIL

CONCEPCIÓN SÁDICA DEL ACTO ANAL

Cuando los niños son espectadores, en esta edad temprana, del acto sexual entre los adultos, a lo cual da facilidades la convicción corriente de que el niño no llega a comprender aún nada de carácter sexual, no pueden por menos de considerar el acto sexual como una especie de maltratado o del abuso de poder; esto es, en un sentido sádico. El psicoanálisis nos demuestra que tal impresión, recibida en temprana edad infantil, tiene gran importancia para originar una predisposición a un posterior desplazamiento sádico del fin sexual. Los niños que han contemplado una vez la realización del acto sexual siguen ocupándose con el problema de en qué consiste aquel acto o, como ellos dicen, en qué consiste el estar casado, y buscan la solución del misterio en una comunidad facilitada por la función de expulsar la orina o los excrementos.

“Tres ensayos para una teoría sexual” Sigmund Freud