viernes, 29 de mayo de 2015

EL SURREALISMO

( y 3)

FUNDAMENTACIÓN HISTÓRICO SOCIAL (lo que amo)
Si hablamos de Técnicas Surrealistas tenemos que citar: la imaginación, la imagen onírica, el automatismo, la revelación o iluminación, el azar del cadáver exquisito y el humor presente siempre en toda poesía surrealista.
Recordemos a Baudelaire: “la imaginación es la más científica de las facultades, porque sólo ella comprende la analogía universal”, pues bien el poeta surrealista utiliza la imaginación de un modo peculiar, eliminando cada traba racional, recurriendo para ello al automatismo y al material de los sueños en estados crepusculares y mediúmnicos delirantes. Si le preguntamos a Rimbaud exclamaría: “el poeta se hace vidente mediante un largo, inmenso y razonado desorden de todos los sentidos”
Mediante la imaginación el poeta crea un lenguaje en el que la imagen es el elemento fundamental. La imagen para el surrealista tiene características especiales que Reverdy enuncia así: “La imagen es una creación pura del espíritu. No puede nacer de una comparación sino de un acercamiento de dos realidades más o menos alejadas” Breton lo parafrasea diciendo: “Cuanto más lejanas estén dos realidades que se ponen en contacto, más fuerte será la imagen, tendrá más potencia emotiva y realidad poética”
Hemos de advertir que los surrealistas consideran la imagen de forma arbitraria y con grandes dosis de contradicción, de donde algunos desprendieron el uso fácil y automático de una receta, proporcionada por las “aproximaciones insólitas”, desconociendo que el lenguaje es previo y formador de toda y cada una de las imágenes posibles de ser representadas en su puesta en escena por la metáfora y la metonimia.  
Es de señalar en el movimiento surrealista, grandes avances, que permiten vislumbrar errores por pretender aplicar la técnica psicoanalítica, en lugar de implicarse en la experiencia del método psicoanalítico. Así podemos hablar del automatismo, centro y clave de la técnica surrealista.
El automatismo lo quisieron equipar con la asociación libre de la que habló Freud, atribuyéndole la función de abrir las puertas de lo inconsciente para permitir su expresión directa, sin la censura de la razón. De tal manera que constituía el material, un paisaje total de esas zonas profundas del espíritu. En este sentido el automatismo lo podemos equiparar a la inspiración de la que ya hablaron los antiguos románticos.
El mecanismo de creación automática fue utilizado por primera vez por Breton y Soupault en una serie de textos publicados en la revista “Litérature” en 1919 y unos años después en el libro “Campos Magnéticos”, Louis Aragon en su texto “Tratado de estilo” nos avisa con respecto al carácter  de revelación del automatismo con sencilla contundencia: “si escribís, siguiendo un método surrealista, tristes imbecilidades, serán, sin atenuantes, tristes imbecilidades”
El surrealismo supone la inspiración, exalta las fuerzas totales del espíritu, la imaginación se libera mediante el automatismo, logrando la imagen pura, vital, la imagen auténticamente poética. Pero junto con Aragon repetimos: “el vicio llamado surrealismo consiste en el uso apasionado e inmoderado del estupefaciente imagen”
El sueño representa para los surrealistas un contacto con ese mundo profundo del espíritu cuyo contenido exploran a través del automatismo y las imágenes oníricas interesan por la plasticidad y ser portadoras de una energía creadora en su forma no deformada. Vemos que parten del contenido manifiesto del sueño soñado, y no de la asociación libre del sueño contado.
Algo que merece estudio aparte es: la investigación de las imágenes oníricas por los pintores y cineastas que se mantuvieron cercanos al movimiento surrealista, como verdaderos hijos del psicoanálisis, teniendo en Dali y Buñuel los antecedentes de la pintura y el cine que por ejemplo produce años después Menassa.
Otros de los elementos de la técnica surrealista es el azar y en el terreno de la poesía nada pone más en evidencia la importancia del azar que el juego surrealista denominado “cadáver exquisito”.
El humor como protesta contra el orden establecido, estamos hablando de 1925, se manifiesta para huir del confort intelectual. Afirma Breton. “ De todos los valores, el humor es el que revela un ascenso constante” siendo sin lugar a dudas, la característica más específica de la sensibilidad moderna. No hay texto poético auténticamente surrealista que no lo contenga.
La exposición realizada hasta aquí no tiene sentido alguno si desconocemos el poema Licantropía Contemporánea de Louis Aragon, como la fundamentación histórico social del presente trabajo.

Dr. Carlos Fernández del Ganso
Médico-Psicoanalista
Teléfono: 676242844


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