viernes, 22 de mayo de 2015

EL SURREALISMO

(2)

FUNDAMENTACIÓN EMOCIONAL (lo que me impresiona)

Los historiadores ubican los antecedentes en el movimiento dadaísta, del cual forman parte casi todos los surrealistas en sus inicios. Diferentes lecturas poéticas nos animan a pensar el tiempo lógico, como un aprés coup, en los antecedentes citados por los historiadores. Un tiempo histórico que no es lineal ni cronológico ni continúo, sino un tiempo donde hay ruptura, salto, discontinuidad y recurrencia.
En 1922 llama la atención en Francia un grupo de artistas, militantes de un nuevo movimiento, al que designan Surrealismo. Estos jóvenes surgen en el clima de los movimientos de vanguardia que a principios del siglo XX conmovieron los principios estéticos en Francia los cubistas, en Alemania el expresionismo y en Italia el futurismo. Para abrir la cuestión y no olvidar ni perdonar, debemos rescatar de finales del siglo XIX y principios del XX, la escritura que viene de latino América y la que germina en España, nos referimos por ejemplo al chileno Vicente Huidobro que deja su impronta en la metáfora de 1917 publicando en francés “Horizon Carré”, o la edición el año 1909 en Madrid de “Los Cantos de Maldoror” de Lautréamont que, aún tratándose de un escritor francés, había nacido en Montevideo y se educó en castellano, o en 1918 la articulación significante en Madrid de artistas como Larrea, García Lorca y Buñuel en la Residencia de Estudiantes, centro creado por la Institución Libre de Enseñanza, o Juan Ramón Jiménez o para dar cuenta de la verdadera historia de los pueblos, la poesía del universal nicaragüense Rubén Darío padre de tantos poetas.
Lejos de fanatismos, en el Primer Manifiesto Breton afirma: “buen número de poetas podrían pasar por surrealistas, comenzando por Dante y en su buenos momentos Shakespeare, Sade es surrealista en el sadismo, Poe es surrealista en la aventura, Saint-Jhon Perse es surrealista a la distancia, Baudelaire es surrealista en la moral….
Estamos haciendo historia dijo Lenin; si, si la dejamos por escrito respondió Trotsky. Merito de los surrealistas formalizar por escrito lo que la teoría del valor y la teoría del inconsciente le permite al sujeto. Es decir, el Marxismo y el Psicoanálisis, le permiten tener una visión sobre sí y eso no sucede en ningún otro lugar que en la base material que ofrece la sociedad capitalista en el proceso de socialización universal y sus errores, que deben ser reconocidos para la transformación del practicante.
Otro ejemplo es la Residencia de Estudiantes (Madrid 1918), centro anexo a la Universidad que había creado la Institución Libre de Enseñanza según el modelo de los célebres “colleges” de Oxford. En la Residencia se aunaron personajes como Federico García Lorca, Salvador Dalí y Luís Buñuel entre otros. Un dato de la voracidad investigadora de la que España se hizo eco en la época, fue que la primera traducción de las obras completas de Sigmund Freud (sin el cual no hubiera existido el surrealismo) hasta la fecha de 1920, se hizo en castellano, en la memorable edición de Biblioteca Nueva en Madrid. Previamente en 1895 apareció traducido al castellano un artículo de Freud en el Colegio de Médicos de Granada.
Buñuel y Dali son dos creadores representativos, aplicando las teorías freudianas al cine y la pintura. Después vinieron el teatro, la danza, la música y los guiñoles.
El pintor Salvador Dalí merece un breve comentario sobre cómo empezó a pintar en contra de la ideología familiar y académica que le instaba a estudiar técnicas, mientras Salvador Dalí apostó por la teoría psicoanalítica y el método científico que de ella se desprende. Dalí lleva unos escritos a Sigmund Freud pidiéndole asesoramiento y éste le recomendó, de manera precisa, que siguiera pintando. Segunda escena en la obra del pintor que abrocha una primera escena en la que Dalí pinta un retrato al óleo de su padre (notario que le instaba a estudiar leyes en lugar de pintar). Después de presenciar el cuadro Salvador consigue la autorización paterna para que su pincelada continuase su destino en la historia del arte.
Volviendo sobre la bibliografía y antologías del Surrealismo visitadas, nos llama la atención que cuando se refieren al colectivo de surrealistas, no se dice “Grupo”. Podemos leer en el Segundo Manifiesto: “Una asociación de hombres como la que permitió la edificación del surrealismo, no deja de obedecer a ciertas leyes de fluctuación que justifican muy humanamente  la incapacidad de una firme decisión desde el interior”
En realidad el movimiento surrealista no es producto de un pensamiento grupal. El imaginario, la ideología y el deseo grupal son conceptos que fueron trabajados por el movimiento científico cultural Grupo Cero a partir de su Primer Manifiesto en 1961 y sus antecedentes están en la poesía y el psicoanálisis. Así conforman el frontispicio de sus publicaciones frases como: “Psicoanálisis y poesía es psicoanálisis” o “Si es posible el poema es posible la vida” En uno de sus manifiestos el Grupo Cero plantea: ¿el psicoanálisis es acaso en sí mismo una ciencia nueva, es decir una ciencia de un objeto nuevo: el inconsciente o bien es simplemente una irrupción (sobrecogedora) en una teoría del sujeto, que de nacer, nació con el marxismo?
Por lo que podemos pensar un tiempo lógico que presenta un instante de ver en la poesía de finales del siglo XIX y principios del XX en el Sur de América y el Sur de Europa, si en el Sur de Surrealismo; instante de ver el tiempo de comprender que podemos llamar Surrealismo y, el momento de concluir el tiempo de comprender el instante de ver, la poesía lo ubica la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI en el Grupo Cero. El sur anuda los puntos cardinales del tiempo humano por excelencia, tiempo otro del cronológico, lineal, evolutivo y espacial, otro tiempo que se puede escuchar en la conversación que los poemas mantienen entre sí.
Los surrealistas, emprendieron su lucha contra la moral absurda, producto de una religión petrificada en dogmas, que tiende a desvalorizar al hombre y lo que hay en él de específicamente humano, en nombre de mitos extrahumanos; de ahí el interés que demostraron muchos de ellos por las religiones orientales, de esencia antropocéntrica, tales como el budismo (sobre todo el zen, en oposición a las religiones teocéntricas occidentales) y también por las concepciones ocultistas que aceptan un sentido mágico en las relaciones entre el hombre y el cosmos.
El concepto grupal produce otro tiempo, diferente del cronológico, es el tiempo recurrencial que se construye en la máquina grupal.
Todo lo que el surrealismo piensa del arte se resume en su concepción de la omnipotencia de la poesía. La libertad y el amor son capitales para ellos, así dice Breton: “La palabra libertad es lo único que todavía me exalta y el amor es la pasión que exalta todos los mecanismos de la vida, aquella en que la función de vivir adquiere todo su sentido, viendo en ello una unión de lo físico y lo metafísico. De modo que no hay amor sin libertad ni libertad sin amor”.
Una de las mejores aportaciones del surrealismo radica en que la poesía no sólo se convierte en mecanismo de liberación sino que resulta método de conocimiento, basándose en la creencia de que los poderes del espíritu pueden ir más allá del mundo de lo aparente.
Ser poeta surrealista consiste, así lo explica Breton en el Primer Manifiesto, en “eliminar el control de la razón” y, en abrir la puerta-trampa de este sótano profundo que constituye la morada fundamental del espíritu. Navegar por lo desconocido hace que la poesía surrealista tenga un peculiar carácter de aventura.
Elegimos un poema de Antonin Artaud “los enfermos y los médicos” para la fundamentación emocional.

(Continuará)


Dr. Carlos Fernández del Ganso
Médico-Psicoanalista

Teléfono: 676242844

No hay comentarios:

Publicar un comentario