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FUNDAMENTACIÓN EMOCIONAL (lo que me
impresiona)
Los historiadores ubican los
antecedentes en el movimiento dadaísta, del cual forman parte casi todos los
surrealistas en sus inicios. Diferentes lecturas poéticas nos animan a pensar
el tiempo lógico, como un aprés coup, en los antecedentes citados por los
historiadores. Un tiempo histórico que no es lineal ni cronológico ni continúo,
sino un tiempo donde hay ruptura, salto, discontinuidad y recurrencia.
En 1922 llama la atención en
Francia un grupo de artistas, militantes de un nuevo movimiento, al que
designan Surrealismo. Estos jóvenes surgen en el clima de los movimientos de
vanguardia que a principios del siglo XX conmovieron los principios estéticos
en Francia los cubistas, en Alemania el expresionismo y en Italia el futurismo.
Para abrir la cuestión y no olvidar ni perdonar, debemos rescatar de finales
del siglo XIX y principios del XX, la escritura que viene de latino América y
la que germina en España, nos referimos por ejemplo al chileno Vicente Huidobro
que deja su impronta en la metáfora de 1917 publicando en francés “Horizon
Carré”, o la edición el año 1909 en Madrid de “Los Cantos de Maldoror” de Lautréamont
que, aún tratándose de un escritor francés, había nacido en Montevideo y se
educó en castellano, o en 1918 la articulación significante en Madrid de
artistas como Larrea, García Lorca y Buñuel en la Residencia de
Estudiantes, centro creado por la Institución Libre de Enseñanza, o Juan Ramón
Jiménez o para dar cuenta de la verdadera historia de los pueblos, la poesía
del universal nicaragüense Rubén Darío padre de tantos poetas.
Lejos de fanatismos, en el
Primer Manifiesto Breton afirma: “buen número de poetas podrían pasar por
surrealistas, comenzando por Dante y en su buenos momentos Shakespeare, Sade es
surrealista en el sadismo, Poe es surrealista en la aventura, Saint-Jhon Perse
es surrealista a la distancia, Baudelaire es surrealista en la moral….
Estamos haciendo historia dijo
Lenin; si, si la dejamos por escrito respondió Trotsky. Merito de los
surrealistas formalizar por escrito lo que la teoría del valor y la teoría del
inconsciente le permite al sujeto. Es decir, el Marxismo y el Psicoanálisis, le
permiten tener una visión sobre sí y eso no sucede en ningún otro lugar que en
la base material que ofrece la sociedad capitalista en el proceso de
socialización universal y sus errores, que deben ser reconocidos para la
transformación del practicante.
Otro ejemplo es la Residencia de
Estudiantes (Madrid 1918), centro anexo a la Universidad que había
creado la
Institución Libre de Enseñanza según el modelo de los
célebres “colleges” de Oxford. En la Residencia se aunaron personajes como Federico
García Lorca, Salvador Dalí y Luís Buñuel entre otros. Un dato de la voracidad
investigadora de la que España se hizo eco en la época, fue que la primera
traducción de las obras completas de Sigmund Freud (sin el cual no hubiera
existido el surrealismo) hasta la fecha de 1920, se hizo en castellano, en la
memorable edición de Biblioteca Nueva en Madrid. Previamente en 1895 apareció
traducido al castellano un artículo de Freud en el Colegio de Médicos de
Granada.
Buñuel y Dali son dos creadores
representativos, aplicando las teorías freudianas al cine y la pintura. Después
vinieron el teatro, la danza, la música y los guiñoles.
El pintor Salvador Dalí merece
un breve comentario sobre cómo empezó a pintar en contra de la ideología
familiar y académica que le instaba a estudiar técnicas, mientras Salvador Dalí
apostó por la teoría psicoanalítica y el método científico que de ella se
desprende. Dalí lleva unos escritos a Sigmund Freud pidiéndole asesoramiento y
éste le recomendó, de manera precisa, que siguiera pintando. Segunda escena en
la obra del pintor que abrocha una primera escena en la que Dalí pinta un
retrato al óleo de su padre (notario que le instaba a estudiar leyes en lugar
de pintar). Después de presenciar el cuadro Salvador consigue la autorización paterna
para que su pincelada continuase su destino en la historia del arte.
Volviendo sobre la bibliografía
y antologías del Surrealismo visitadas, nos llama la atención que cuando se
refieren al colectivo de surrealistas, no se dice “Grupo”. Podemos leer en el
Segundo Manifiesto: “Una asociación de hombres como la que permitió la
edificación del surrealismo, no deja de obedecer a ciertas leyes de fluctuación
que justifican muy humanamente la
incapacidad de una firme decisión desde el interior”
En realidad el movimiento
surrealista no es producto de un pensamiento grupal. El imaginario, la
ideología y el deseo grupal son conceptos que fueron trabajados por el
movimiento científico cultural Grupo Cero a partir de su Primer Manifiesto en
1961 y sus antecedentes están en la poesía y el psicoanálisis. Así conforman el
frontispicio de sus publicaciones frases como: “Psicoanálisis y poesía es
psicoanálisis” o “Si es posible el poema es posible la vida” En uno de sus
manifiestos el Grupo Cero plantea: ¿el psicoanálisis es acaso en sí mismo una
ciencia nueva, es decir una ciencia de un objeto nuevo: el inconsciente o bien
es simplemente una irrupción (sobrecogedora) en una teoría del sujeto, que de
nacer, nació con el marxismo?
Por lo que podemos pensar un
tiempo lógico que presenta un instante de ver en la poesía de finales del siglo
XIX y principios del XX en el Sur de América y el Sur de Europa, si en el Sur
de Surrealismo; instante de ver el tiempo de comprender que podemos llamar
Surrealismo y, el momento de concluir el tiempo de comprender el instante de
ver, la poesía lo ubica la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI en
el Grupo Cero. El sur anuda los puntos cardinales del tiempo humano por
excelencia, tiempo otro del cronológico, lineal, evolutivo y espacial, otro
tiempo que se puede escuchar en la conversación que los poemas mantienen entre
sí.
Los surrealistas, emprendieron
su lucha contra la moral absurda, producto de una religión petrificada en
dogmas, que tiende a desvalorizar al hombre y lo que hay en él de
específicamente humano, en nombre de mitos extrahumanos; de ahí el interés que
demostraron muchos de ellos por las religiones orientales, de esencia
antropocéntrica, tales como el budismo (sobre todo el zen, en oposición a las
religiones teocéntricas occidentales) y también por las concepciones ocultistas
que aceptan un sentido mágico en las relaciones entre el hombre y el cosmos.
El concepto grupal produce otro
tiempo, diferente del cronológico, es el tiempo recurrencial que se construye
en la máquina grupal.
Todo lo que el surrealismo
piensa del arte se resume en su concepción de la omnipotencia de la poesía. La
libertad y el amor son capitales para ellos, así dice Breton: “La palabra
libertad es lo único que todavía me exalta y el amor es la pasión que exalta
todos los mecanismos de la vida, aquella en que la función de vivir adquiere
todo su sentido, viendo en ello una unión de lo físico y lo metafísico. De modo
que no hay amor sin libertad ni libertad sin amor”.
Una de las mejores aportaciones
del surrealismo radica en que la poesía no sólo se convierte en mecanismo de
liberación sino que resulta método de conocimiento, basándose en la creencia de
que los poderes del espíritu pueden ir más allá del mundo de lo aparente.
Ser poeta surrealista consiste,
así lo explica Breton en el Primer Manifiesto, en “eliminar el control de la
razón” y, en abrir la puerta-trampa de este sótano profundo que constituye la
morada fundamental del espíritu. Navegar por lo desconocido hace que la poesía
surrealista tenga un peculiar carácter de aventura.
Elegimos un poema de Antonin
Artaud “los enfermos y los médicos” para la fundamentación emocional.
(Continuará)
Dr. Carlos Fernández del Ganso
Médico-Psicoanalista
Teléfono: 676242844
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