viernes, 10 de abril de 2015

POETAS DEL FÚTBOL, FOOTBALL POETS

En 1928 los campos de Sport del Sardinero en Santander son escenario de la final de la Copa de fútbol entre el F.C. Barcelona y la Real Sociedad de San Sebastián. En aquellos tiempos no existía el lanzamiento de penaltis, con lo que se hicieron necesarios tres partidos para dilucidar al campeón.
En el primero de ellos, el disputado el 20 de mayo, el portero del Barcelona, el húngaro Platko, se convirtió en héroe. Cuando la Real Sociedad acorralaba al Barcelona en su área, su delantero centro Cholin, en una posición envidiable, avanzó hacía la portería del marco catalán. El gol parecía inevitable. En esa situación el portero Platko, realiza una gran estirada a los pies del jugador donostiarra evitando el disparo a gol del delantero, pero a cambio de recibir en la cabeza el golpe destinado al balón. El punterazo del delantero que alcanza el rostro de Platko fue brutal. Del choque entre ambos jugadores resulta conmocionado el arquero del que mana sangre de su cabeza.
Es retirado fuera del terreno del juego, y tras aplicarle seis puntos de sutura en la herida, reapareció unos minutos después con un grueso vendaje que cubre casi toda la cabeza y que fue perdiendo a lo largo del partido.
El poeta Rafael Alberti, presente en el encuentro, impresionado por el episodio del que había resultado espectador, dedicó al guardameta Platko una Oda que apareció publicada en la primera página del periódico La Voz de Cantabria una semana después.
                                                                           
ODA A PLATKO

Ni el mar,
que frente a ti saltaba sin poder defenderte.
Ni la lluvia. Ni el viento, que era el que más rugía.
Ni el mar; ni el viento, Platko,
rubio Platko de sangre,
guardameta en el polvo,
pararrayos.
No nadie, nadie, nadie.
Camisetas azules y blancas, sobre el aire.
camisetas reales,
contrarias, contra ti, volando y arrastrándote.
Platko, Platko lejano,
rubio Paltko tronchado,
tigre ardiente en la yerba de otro país.
¡ Tú, llave, Platko, tu llave rota,
llave áurea caída abre el pórtico áureo!
No nadie, nadie, nadie,
nadie se olvida, Platko.
Volvió su espalda al cielo.
Camisetas azules y granas flamearon,
apagadas sin viento.
El mar, vueltos los ojos,
se tumbó y nada dijo.
Sangrando en los ojales,
sangrando por ti, Platko,
por ti, sangre de Hungría,
sin tu sangre, tu impulso, tu parada, tu salto
temieron las insignias.
No nadie, Platko, nadie,
nadie se olvida.
Fue la vuelta del mar.
Fueron diez rápidas banderas
incendiadas sin freno.
Fue la vuelta del viento.
La vuelta al corazón de la esperanza.
Fue tu vuelta.
Azul heroico y grana,
mandó el aire en las venas.
Alas, alas celestes y blancas,
rotas las, combatidas, sin plumas,
escalaron la yerba.
Y el aire tuvo piernas,
tronco, brazos, cabeza.
¡Y todo por ti, Platko,
rubio Platko de Hungría!
Y en tu honor, por tu vuelta,
porque volviste el pulso perdido a la pelea,
en el arco contrario al viento abrió una brecha.
Nadie, nadie se olvida.
El cielo, el mar, la lluvia lo recuerdan.
Las insignias.
Las doradas insignias, flores de los ojales,
cerradas, por ti abiertas.
No nadie, nadie, nadie,
nadie se olvida, Platko.
Ni el final: tu salida,
oso rubio de sangre,
desmayada bandera en hombros por el campo.
¡ Oh Platko, Platko, Platko
tú, tan lejos de Hungría!
¿Qué mar hubiera sido capaz de no llorarte?
          
Nadie, nadie se olvida,
No one, no one forgets,
no nadie, nadie, nadie, nadie.
no, no one, no one, no one, no one.
(Continuará)

Del libro: Poetas del Fútbol
Dr. Carlos Fernández del Ganso

In 1928, the Sardinero Sport Field in Santander was scene of the Football Final Cup between FC Barcelona and Real Sociedad from San Sebastian .At that time it did not exist scoring from a penalty so they were necessary three games to elucidate the champion.

In the first game disputed on May 20th, the Barcelona’s goalkeeper, the Hungarian Platko, became a hero. When the Real Sociedad was corralling to Barcelona´s team in its area, his centre-forward Cholin, in an enviable position, advanced towards the goal of the goalmouth Catalonian. The goal looked unavoidable. In that situation the goalkeeper Platko, made a great dive at the feet of the donostiarra player to avoid the shot on goal of the forward, but in return he receives a blow in his head that was aimed to the ball. The powerful shot of the forward that reached the face of Platko was brutal. Due to the collision between the two players the goalkeeper turned out dazed and blood was flowing from his head.

He was taken off the field of play, and after applying six stitches in the wound, he reappeared a few minutes later with a thick bandage covering most of his head and that he was losing along the game.
The poet Rafael Alberti, who attended the match, impressed by the episode which had been spectator, dedicated to the goalkeeper Platko an ode that was published a week later on the front page of the newspaper, La Voz de Cantabria. (The voice of Cantabria).

ODE TO PLATKO

Neither the sea,
that facing you, jumped unable to defend yourself.


Neither the rain. Neither the wind, which was the most roaring.
Neither the sea, neither the wind, Platko,
blond Platko of blood,
goalkeeper in the dust,
lightning conductor.
No, no one, no one, no one.
Blue and White t-shirts, over the air.
royal t-shirts,
contrary, against you, flying and dragging yourself.
Platko,  far Platko,
blond Paltko cut off
burning tiger in the grass of another country.
¡ You, key, Platko, your broken key,
golden fall key opens the golden gate!
No, no one, no one, no one,
No one forgets, Platko.
He returned his back to the sky.
Blue and deep red t-shirt fluttered,
dull without wind.
The sea, returned eyes,
he lied down and said nothing.
Bleeding in the buttonholes,
bleeding for you, Platko.
for you, blood from Hungary,
without your blood, your impetus, your save, your leap
the insignias feared.
No, no one, Platko, no one,
No one forgets.
It was the back of the sea.
They were ten fast flags
inflamed without obstacle.
It was the back of the wind.
The return to heart of hope.
It was your return.
Heroic blue and deep red,
the air  ruled in the veins.
Wings, celestial and white wings,
broken the, combated, without feathers,
they scaled the grass.
And the air had legs,
trunk, arms, head.
¡And all for you, Platko.
blond Platko from Hungary!
And in your honour, for your return,
because you returned the lost pulse to the fight,
in the contrary arc in the wind he opened a crack.
no one, no one forgets.
The sky, the sea, the rain remember him.
The insignias.
The golden insignias, flowers of the buttonholes,
closed, open for you.
No no one, no one, no one,
no one forgets, Platko.
Not even the end: your remark,
blond bear of blood,
faint flag on shoulders through the field.
¡ Oh Platko, Platko, Platko
¡ Oh Plato, Platko, Platko
you, so far from Hungary!
Which sea would have been able not to cry for you?
           
No one, no one forgets,
no, no one, no one, no one, no one.
           (To be continued)

From the book: Football Poets
Dr. Carlos Fernández del Ganso

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