UNA PELÍCULA REALIZADA POR PSICOANALISTAS
EN DEFENSA PROPIA
Título del tercer largometraje de Miguel Oscar Menassa, donde nos presenta una película documental, advirtiéndonos desde el inicio: “quisimos hacer un chiste y se produjo una denuncia social”. Ésta pequeña diferencia se hace grande porque está al servicio de todos los espectadores, como sucede con el término documental que hace referencia al género cinematográfico que utilizando imágenes reales “documenta” la trama, a modo de memoria que testimonia una realidad específica, una situación social económica, política, cultural y científica de enorme gasto simbólico para la población.
Con la participación de actores en la película (diferencia clásica con respecto al documental) se emplean dos recursos cinematográficos: la documentación en el montaje y las caretas durante el rodaje. Con ello pasa el documental de ser un adjetivo del sustantivo film a ser un sustantivo que identifica un género de películas con la característica de “efecto de verdad” cuyos inicios podemos fechar en 1922 con “Nanook el esquimal” de Robert Flaherty.
Este film inaugura un director, al anudar, con las dos primeras películas de Menassa: ¿Infidelidad? y Mi única familia, un cine efecto del método de interpretación con la ética del deseo, es decir: un cine que promete conversación, una película que hace hablar al espectador al considerarle partícipe de lo que se está proyectando.
Este trabajo casi artesanal, produce el mismo placer preliminar que acontece en el poema y el chiste, utilizando como materia prima las noticias que los medios difunden sobre las que elaboran los precisos instrumentos de conocimiento poéticos de la metáfora y la metonimia, con la peculiar puesta en escena del estilo menassiano y la elaboración onírica de la carcajada al transmitir la desfachatez de los gobernantes: “Gobernados por gorilas que no fueron a la escuela cantamos para mostrar que el mundo se va, se va” canta la murga que recorre vertebralmente todo el film.
Una vez creada la demanda cultural, educativa y sanitaria que muestra sin recortes la máscara sórdida del poder, el silencio mutilador del tirano, el despilfarro que supone expulsar a emigrantes primero y a jóvenes nativos después, vendiendo productos tóxicos a sus propios clientes, EN DEFENSA PROPIA, es una inversión necesaria, pues así como España no es causa de sí, ningún presidente puede serlo sin el apoyo de sus votantes.
EN DEFENSA PROPIA es una película realizada, según declara su director, con los ahorros de 60 años de trabajo: mil cuatrocientos euros que nos hacen pensar en el valor, donde lo que cuesta vale para un cine posible, un cine normal: un cine que invierte y divierte, poetiza y desrealiza, arrancando la carcajada del espectador al que le ahorra el gasto psíquico de energía de una represión actual obscena y humillante.
Una película como un choque de trenes en el pensamiento saltando sin herir a nadie sobre el sórdido silencio de toda dictadura en la que cualquier parecido con la ficción es pura realidad.
Para concluir esta breve sinopsis de la película, rescatar lo que hace al estilo menassiano del propio director: el fin originalmente religioso de las caretas cubriendo el rostro, disimulando los rasgos mortales, el espejo del alma, la cara de los actores para representar lo más fielmente posible a los personajes que se están interpretando en éste carnaval de “los viejos gozadores”
El que es impuro huye de la poesía y el cine.
Carlos Fernández
No hay comentarios:
Publicar un comentario