miércoles, 25 de julio de 2012

LA POLÍTICA SANITARIA ESPAÑOLA NO ES SALUDABLE

LA POLÍTICA SANITARIA ACTUAL NO ES SALUDABLE




Cuando de la técnica se “pretende” desprender el método terapéutico no se está haciendo medicina, equivocando la teoría científica con nociones imaginarias.

No es la ciencia la que debe acercarse al usuario, sino “el interesado” el que debe ser trabajado por la articulación de los conceptos científicos, transformándose en científico y/o profesional de la salud. Y ahora sí, el médico podrá poner en relación a la medicina con el paciente para tratar la dolencia del enfermo.

Dicho de otra manera: que la investigación proceda de los laboratorios de la gran industria farmacéutica, no significa que la cosmética, la bioquímica, la biología, la biofísica o la bioestadística puedan dirigir la deontología médica, cuya praxis debe ser puesta en escena por profesionales sanitarios debidamente coordinados.

¿Se imaginan que la educación la dirigieran las editoriales indicando qué libros leer y a qué edades debe impartirse?. O, que sea cultura aquello que publican los medios de difusión. ¿Se lo pueden imaginar?

Estas pinceladas no pretenden abordar el cuadro completo y complejo de la política sanitaria española, pero señalan algunos obstáculos en la inexistente producción de salud así como en el tratamiento más político que médico de la enfermedad.

Elijo tres situaciones paradigmáticas, insisto, son pinceladas de lo que sucede en la actual política sanitaria española, por ende los datos que figuran en nuestras manos son confidenciales. Empecemos para desplegar los ejemplos clínicos por el Hospital Universitario de una gran ciudad, otro corresponde a la Clínica privada de una pequeña población y el tercero es el Centro Ambulatorio de Salud en un barrio obrero.

Los pacientes presentan sintomatología muy diferente: el primer caso presenta cierta urgencia oftalmológica por tratarse del Desprendimiento de retina en un anciano; el siguiente es una enferma que diagnosticada de Fibromialgia no presenta mejoría tras varios años de tratamiento, siendo el tercer ejemplo un joven varón con el juicio clínico y tratamiento de Esquizofrenia Paranoide que solicita psicoterapia.

Rescatamos la coincidencia en casos tan dispares atendidos por facultativos en diferentes centros, siendo lo que motiva el presente escrito, la repetición sintomática de una política sanitaria que: encargada de la enfermedad, descuida la salud de los profesionales, con lo que se pone en riesgo el tratamiento de los pacientes, a pesar del alto nivel profesional del cuadro facultativo.

Lo mejor de nuestros diferentes centros de salud son los trabajadores. No podemos decir lo mismo de nuestros gobernantes.

La salud es una producción, también, para los propios profesionales.



Dr. Carlos Fernández

Médico Psicoanalista

www.carlosfernandezdelganso.com

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