lunes, 22 de noviembre de 2010

AUTOBIOGRAFÍA. SIGMUND FREUD (1924-1925)

MECANISMOS PSÍQUICOS DEL TRABAJO ONÍRICO

Pero cuando surge tal peligro y el sueño se hace demasiado preciso, lo interrumpe el durmiente, despertando asustado (sueño de angustia). Este mismo fallo de la función onírica surge cuando el estímulo exterior se hace tan intenso que no puede ser ya rechazado. El proceso que transforma con la colaboración de la censura las ideas latentes en el contenido manifiesto ha sido denominado por mí elaboración onírica, y consiste en una elaboración especial del material ideológico preconsciente, por lo cual quedan condensados los componentes de dicho material, desplazados sus acentos psíquicos, transformado su conjunto en imágenes visuales, o sea, dramatizado, y completado por una elaboración secundaria, que lo hace irreconocible. La elaboración onírica es un excelente ejemplo de los procesos que se desarrollan en los más profundos estratos inconscientes de la vida anímica, procesos que se diferencian considerablemente de los procesos intelectuales normales que nos son conocidos. Tal elaboración presenta también una serie de rasgos arcaicos; por ejemplo, el empleo de un simbolismo predominantemente sexual, que ya hemos hallado exento de este carácter en otros dominios de la actividad espiritual.
La conexión del impulso instintivo inconsciente del sueño con un resto diurno da al sueño por él provocado un doble valor para la labor analítica. La interpretación muestra, en efecto, que, además de constituir la realización de un deseo reprimido, puede el sueño haber continuado la actividad mental preconsciente diurna e integrar otro contenido cualquiera, dando expresión a un propósito, a una advertencia, a una reflexión o nuevamente a una realización de deseos. El análisis lo utiliza en ambos sentidos, tanto para el conocimiento de los procesos conscientes del analizado como de sus procesos inconscientes, y aprovecha asimismo la circunstancia de que el sueño logra el acceso a los elementos olvidados de la vida infantil para vencer la amnesia infantil por medio de la interpretación onírica.
El sueño lleva aquí a cabo una parte de la función que antes encomendábamos al hipnotismo. En cambio, no he hecho jamás la afirmación que con frecuencia se me atribuye de que la interpretación onírica demostraba que todos los sueños poseen un contenido sexual o se refieren a energías instintivas sexuales. Es fácil observar que el hambre, la sed y otras necesidades crean sueños de satisfacción, del mismo modo que cualquier impulso reprimido, sexual o egoísta. Los sueños de los niños pequeños nos ofrecen una fácil demostración de la exactitud de nuestra teoría. En estos sujetos infantiles, en los cuales no se hallan aún precisamente diferenciados los sistemas psíquicos ni desarrolladas profundamente las represiones, comprobamos con frecuencia sueños que no son sino satisfacciones no disfrazadas de impulsos optativos no satisfechos durante el día. Bajo la influencia de necesidades imperativas pueden producir también los adultos tales sueños de tipo infantil. Continúa…

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