miércoles, 28 de diciembre de 2011

CONSULTAS DE NUESTROS LECTORES

TERAPIA DE PAREJA

“La relación con mi pareja no es como antes, no hablamos, el sexo es aburrido, no salimos con los amigos y en casa parecemos dos extraños; desconozco si a él le pasa lo mismo y cuando le propongo consultar con un especialista siempre dice que son cosas mías y que las terapias son una tontería” H. T.











Su caso es más frecuente de lo que se imagina, y no siempre hay que atender a la pareja a la vez o verlos juntos; a veces hay que atender primero al que más dispuesto está y cómo la eficacia es palpable desde la primera entrevista, suele resolverse el problema o termina acudiendo también el partenaire.

Dr. Carlos Fernández (Médico Psicoanalista)
www.carlosfernandezdelganso.com
carlos@carlosfernandezdelganso.com
TF: 676 24 28 44

lunes, 26 de diciembre de 2011

EL DESEO DE FREUD, LA TRANSMISIÓN DEL PSICOANÁLISIS





Interrumpiendo la exposición del crecimiento interno del psicoanálisis, volveremos la vista a sus destinos exteriores. Aquello que hasta aquí he comunicado es en grandes rasgos el resultado de mi labor; pero he incluido también en mi exposición descubrimientos posteriores, y no he separado las aportaciones de mis discípulos y adeptos de las mías propias. Durante más de diez años, contados a partir de mi separación de Breuer, no tuve ni un solo partidario, hallándome totalmente aislado. En Viena se me evitaba y el extranjero no tenía noticia alguna de mí. Mi interpretación de los sueños, publicada en 1900, apenas fue mencionada en las revistas técnicas. En mi ensayo sobre la Historia del movimiento psicoanalítico he incluido como ejemplo de la actitud de los círculos psiquiátricos de Viena una conversación que tuve con un médico, autor de un libro contra mis teorías, que me confesó no haber leído mi Interpretación de los sueños. Le habían dicho en la clínica que no merecía la pena. Este individuo, que ha llegado después al puesto de profesor extraordinario, se ha permitido negar el contenido de aquella conversación y, en general, la fidelidad de mi recuerdo de ella. Por mi parte, he de mantener aquí una vez más la exactitud de su reproducción.
Mi susceptibilidad ante la crítica fue disminuyendo conforme comprendía las razones interiores de su actitud. Poco a poco fue terminando también mi aislamiento. Al principio se reunió en Viena, a mi alrededor, un pequeño círculo de discípulos, y después de 1906 se supo que el psiquiatra de Zurich, E. Bleuler; su ayudante, C. G. Jung, y otros médicos suizos se interesaban extraordinariamente por el psicoanálisis.
Iniciadas las relaciones personales, los amigos de la naciente disciplina celebraron en 1908 una reunión en Salzburgo, y convinieron la repetición regular de tales congresos privados y la publicación de una revista, que, bajo el título de Jahrbuch für psychopathologische und psychoanalytische Forschungen, sería editada por Jung. Los directores seríamos Bleuler y yo. Esta revista murió al comenzar la guerra europea. Al mismo tiempo que en Suiza comenzó también a surgir en Alemania el interés hacia el psicoanálisis, el cual fue objeto de numerosas exégesis literarias y de vivas discusiones en los congresos científicos. Pero jamás se le acogía benévolamente. Después de un breve examen del psicoanálisis se manifestó la ciencia alemana unánimemente contraria a él.
Naturalmente, no puedo saber hoy cuál será el juicio definitivo de la posteridad sobre el valor del psicoanálisis para la Psiquiatría, la Psicología y las ciencias del espíritu; pero creo que cuando la fase por la que hemos atravesado encuentre su historiador, habrá éste de confesar que la conducta de los críticos anteriores no fue muy honrosa para la ciencia alemana. No me refiero con esto al hecho mismo de la repulsa ni a la ligereza con la que se adoptó tal decisión, pues ambas cosas son fácilmente comprensibles y no pueden arrojar ninguna sombra entre el carácter del adversario; mas para el exceso de orgullo, el desprecio absoluto de la lógica, la grosería y el mal gusto demostrados en los ataques no hay disculpa alguna.
Así, cuando años después, y durante la guerra europea, fue acusada Alemania de barbarie por sus enemigos, hubo de serme muy doloroso no hallar en mi propia experiencia razones que me impulsaran a contradecir tal acusación. Uno de mis adversarios se vanagloriaba de que hacía callar a sus pacientes cuando los mismos comenzaban a hablarle de cosas sexuales, y derivaba de esta técnica un derecho a juzgar la importancia etiológica de la sexualidad en las neurosis.
Dejando aparte las resistencias afectivas, que la teoría psicoanalítica nos explica perfectamente, me pareció hallar el obstáculo principal a la comprensión de la nueva disciplina en el hecho de que sus adversarios se negaban a ver en ella otra cosa que un producto de mi fantasía especulativa, sin reparar en la paciente y continuada labor, falta de todo antecedente, cuyo resultado era. Dado que, a juicio suyo, el análisis no tenía contacto alguno con la observación ni con la experiencia, se consideraron con derecho a rechazarla sin una propia experiencia contraria. Otros, que no abrigaban una tan segura convicción, repitieron la clásica maniobra de no asomarse al microscopio para no ver aquello que habían discutido. Es singular cuán incorrectamente se conduce la mayoría de los hombres cuando ha de juzgar algo nuevo y original. Continúa…

jueves, 22 de diciembre de 2011

INFORME PRIVADO DEL MINISTERIO DE SANIDAD:

MAS DEL 50% DE LOS PACIENTES PIDE ATENCIÓN CLÍNICA, NO FÁRMACOS


El martes 20 de diciembre de 2011, en el diario El País, página 36 (sección Sociedad de vida & artes) se puede leer como cabecera la noticia: “SANIDAD CONCLUYE QUE EL PRINCIPAL EFECTO DE LA HOMEOPATÍA ES PLACEBO”. Un estudio encargado por el Congreso no halla pruebas del beneficio de la mayoría de terapias naturales. Solo acupuntura y masajes salen validados.
Hasta aquí en grandes caracteres, parece una investigación realizada por el Ministerio de Sanidad, para cuidar la salud de sus ciudadanos lo mejor posible; sin embargo, entre palabras, la letra pequeña dice otra cosa muy diferente: la empresa farmacéutica impone una sanidad basada en tratamientos con fármacos elaborados por la poderosa industria que dirige la salud mundial y estamos hablando de USA y Alemania, sedes internacionales de los mayores laboratorios del mundo.
Y ¿en qué nos basamos para decir semejante disparate? en la atrocidad misma de la noticia: “Según datos de la OMS, el porcentaje de población que ha utilizado medicinas alternativas al menos una vez es del 70% en Canadá”, escuchen lo interesante que son algunos datos, el 49% en Francia, 42% en EE.UU y…continúa la noticia: “con una fuerte tendencia en África donde el 80% utiliza la medicina tradicional y en China, país donde las terapias alternativas representan el 40% de la atención sanitaria, con la acupuntura y la medicina tradicional integradas en el sistema público de salud” “esta popularidad puede atribuirse a la preocupación de la ciudadanía occidental sobre los efectos adversos de los fármacos”
Si no fuéramos tan ingenuos, si no fuéramos tan buenos seriamos mejores, ya que entonces sin lectura ingenua, podemos decir: La ideología que comanda la acción sanitaria, la imponen los laboratorios, la financia la banca y la transmite la prensa.
El Congreso encargó, en 2007, al Ministerio de Sanidad que estudiara y evaluara las terapias denominadas naturales o alternativas (acupuntura, homeopatía, quiropraxia, osteopatía, así hasta 139 terapias diferentes) cuya popularidad se ha extendido en los últimos años, para una futura regulación.
En otro lugar la noticia dice: “Pero los resultados son muy contradictorios y muchos apuntan al “efecto placebo”. Y a renglón seguido se puede leer: “En cualquier caso, los medicamentos homeopáticos utilizados bajo la supervisión de profesionales se consideran seguros” Y parecería que apuntase a regular la práctica clínica y mejorar la formación continuada de los profesionales sanitarios, considerando intrusismo cualquier práctica no legislada.
Sin embargo, la noticia de la siguiente página denuncia el masivo cierre de farmacias por la deuda de la Generalitat valenciana, con ello podemos decir que: en la situación económico política actual, la industria farmacéutica, impone cómo se ha de pensar la salud, que se ha de recetar y no tanto quienes, pues el poder de la prensa y el de los laboratorios cotizan en bolsa como la banca.
La noticia, después de la interesante investigación realizada en la que han participado prestigiosas instituciones de la salud e íntegros profesionales, la noticia cuya ética señala una denuncia social, es decir un pedido para pensar la salud como una producción y un reclamo de todos, insisto la noticia que debe publicarse es: MAS DEL 50% DE LA POBLACIÓN SOLICITA MEDICINA SIN FÁRMACOS, pide atención clínica, no pastillas.






Dr. Carlos Fernández
Médico Psicoanalista
www.carlosfernandezdelganso.com

jueves, 15 de diciembre de 2011

AL JUGAR BIEN LLAMAN SUERTE

EL CLÁSICO: AL JUGAR BIEN LLAMAN SUERTE


UN DUELO SIN RESOLVER: ATLÉTICO DE MADRID


Agustín llega puntualmente a consulta, como cada lunes, se tumbaba en el diván repasando en voz alta los resultados futboleros del fin de semana, y ejercitando la asociación libre compara a Cristiano Ronaldo y Leo Messi como significantes (jugador que representa al club para el fútbol mundial) del último clásico disputado entre merengues y culés. Dejándose llevar por las declaraciones previas de los entrenadores de ambos clubes y la rueda de prensa después del partido, asocia de Mourinho: “tuvimos mala suerte, ¿por qué?....en la Liga cuando miro arriba no veo a nadie” repitiendo hasta cinco veces sin ser pregunta de la prensa: “no me cambio por nadie”.
Después de una breve pausa, para que el silencio elevase el tono de la presencia, Agustín se refiere a Guardiola; habla bien de sus jugadores, no le da jabón al presidente aunque se equivoque, respeta al contrario y cuando gana elogia al rival, claramente es el mister de un equipo de fútbol dirigido por un concepto grupal, poético, psicoanalítico.
Agustín, que trabaja de periodista deportivo en un prestigioso diario nacional, señalaba en su crónica del clásico poniendo en boca del entrenador luso: “al jugar bien lo llamo suerte”. Y esbozando una sonrisa sarcástica asocia, el cristianismo con el cretinismo, en un lapsus.
La inteligencia producida, en su psicoanálisis, hace que Agustín reconozca rápidamente la presencia del inconsciente, exclamando con voz risueña: “Doctor usted me dirá que, depende delante de quién se comete, puede ser un error o un acierto, ya que todo lapsus es producto de un completo y acabado trabajo del inconsciente, sobre el que el autor del acto fallido, sueño o fantasía puede asociar. En éste caso la equivocación es un acierto psíquico, ya que algo se muestra en el habla, en la escritura, la acción o en los sueños de cada sujeto hablante cuando se psicoanaliza….Ahora se me ocurrió una malicia, aquí también se puede decir: el guión del clásico es la de un padre y un hijo, te doy un gol de ventaja jugando en tu casa y te ganó.
Yo escuchaba, lo familiar de la escena: la diferencia entre un equipo grupal y otro individual pero no dije nada. Y eso era, justamente, lo que le animaba a seguir hablando: “estamos terminando el año 2011, finalizando ya la primera década del primer siglo del tercer milenio…he leído en un libro que los sueños tienen sentido, es decir, son susceptibles de ser interpretados y esto debe ser pensado, digo yo, como una conquista de la civilización que nos ha llevado 50.000 años de trabajo y estudio en la historia.
Dimensionando las cifras, se puede decir que: poder analizar los sueños, las fantasías, los proyectos, lo cotidiano y en definitiva poder hablar con un profesional es la verdadera “libertad de prensa” de la que en la facultad tanto se habla. Y –con cierto carraspeo- continúa: el sábado por la mañana escuché en una emisora de radio de la competencia…que hablaron de un artículo suyo del que rescataron la frase: “la poesía buen arma, contra la prensa rival, úsela” y después como cada domingo visité su programa de televisión “el fútbol al diván”, también leí los últimos escritos de su blog, me gusta estar informado, ya que sin formación la información es tendenciosa, por eso que en mi profesión de periodista leer poesía, entre otras lecturas, es imprescindible, ¿no le parece doctor?
La invitación de Agustín, me llevó a intervenir: en toda profesión conviene huir del confort intelectual, ya que todo líder puede creerse dios y único.
Agustín sonríe, anota algo en la libreta que suele acompañarle y continúa: “lo que no entiendo y mis colegas tampoco se explican ¿qué le pasa al Atlético de Madrid, que siendo el tercer presupuesto del campeonato liguero, con grandes jugadores, tengan como “ausencias” durante el partido que les lleva a perder fuera de casa y ocupar puestos medios en la tabla? Y pensando en lo que he dicho ¡¡ausencias!!: ¿Un equipo de fútbol puede padecer crisis epilépticas? Y el entrenador no se explica que les pasa, están como perdidos. Agustín después de una pausa y levantándose del diván dice: ¡¡necesitan urgentemente contratar psicoanálisis!!
Intervine con sencillez, terminando con ello la sesión de los lunes: “Están elaborando el duelo por las ausencias de Forlán, De Gea y sobre todo el Kun Agüero; porque si bien los directivos, técnicos, jugadores y afición, saben lo que han perdido, deben desconocer lo que con ellos se ha perdido. Una vez elaboren el duelo se podrá construir un nuevo equipo y como usted dice con psicoanálisis es posible.
Continuamos la próxima.

Dr. Carlos Fernández
Médico Psicoanalista
www.carlosfernándezdelganso.com

martes, 13 de diciembre de 2011

SI SU BOCA LO SOMETE.

Si su boca lo somete a dejarse hablar, y esa sed no puede silenciarla con nada.
Hable y algo escuchará.

Dr. Carlos Fernández
Psicoanalista
www.carlosfernandezdelganso.com

domingo, 11 de diciembre de 2011

EL PLACER, EL GOCE Y EL SUFRIMIENTO.

El grito. E. Munch




La felicidad es una argucia del sistema capitalista, el goce es una posibilidad del trabajo humano y en el sufrimiento siempre está implicado el sujeto. Escribió el poeta cubano José Martí “La felicidad sólo puede encontrarse en el camino del trabajo”. Quiere decir que sólo después se produce el deseo, lo humano por excelencia, ya que desear, deseamos todos lo mismo. ¿Y en qué nos diferenciamos? en la distintas maneras de renuncia, de postergación, de trabajo para conseguir lo deseado. En el sujeto psíquico hay una ley, un principio, el Principio de Placer, que le impone al sujeto, la tendencia a conseguir lo que fantasea del orden de la necesidad (sin realizar trabajo alguno) es una tendencia a lo inanimado, a un estado de tensión cero, a evitar cualquier displacer o cualquier aplazamiento que la vida, la realidad le imponga. Si solo existiera este principio, el sujeto alucinaría comer y esperaría, sin mediar actividad humana alguna, que se realizara “lo deseado”. Afortunadamente el aparato psíquico, le impone al sujeto, para su correcto funcionamiento el Principio de Realidad, una instancia que señala los límites, la ley humana que trabaja para que se pueda producir el deseo. Es decir no hay deseo de estudiar, de trabajar; sino que es estudiando, trabajando que se produce el deseo por leer, por trabajar.










QUIEN TIENE LÍMITES, EXISTE.





De modo que la tendencia exclusiva al placer inmediato, es una alucinación (una fantasía) que no produce efectos sociales. El sujeto psíquico lo es si a su vez es sujeto social. Son los productos, los efectos producidos en la realidad, los que dan cuenta del sujeto. Sigmund Freud, escribió que un sujeto sano es aquel capaz de amar y trabajar. Entonces una cuestión es la felicidad, como argucia del sistema capitalista, el placer sin la temporalidad necesaria del proceso de trabajo y otra muy distinta es el goce, producto del deseo y del trabajo. “Lo instintual” es del orden de lo animal, de lo primario, esa tendencia a un estado de Nirvana, esa ilusión de haber conseguido, haber llegado, de ya poseer, lo que ignora y niega lo mortal, finito y caduco del sujeto. Sin embargo “lo pulsional” incluye no sólo al principio de placer, sino también el principio de realidad, de modo que como el deseo no tiene objeto, como le sirve cualquier objeto, le permite al sujeto seguir deseando, seguir buscando, seguir viviendo.





EL DESEO DE VIVIR PRODUCE LA VIDA.





Del mismo modo, podemos decir que sin deseo, acontece la muerte, cuando el sujeto deja de desear (motor de la vida) enferma y si se mantiene en esa actitud puede morir, explicación para algunas dolencias como la Depresión, de la que algunos pacientes se curan y otros vuelven a recaer periódicamente, por no aceptar la doble carencia constitutiva y estructural humana (nacer de humanos y ser mortales). Cuando se suspende el deseo, viene la muerte lo que no quiere decir que si se desea viene la felicidad, lo que adviene, si se produce es el goce. Goce que hace que todo sea destinto: lo que parecía negro, sea gris y lo monotemático tenga color. En cuanto al sufrimiento, al dolor del sujeto, como siempre está incluido en lo que pasa, decimos que en el sufrir siempre está implicado el sujeto de alguna manera. Es frecuente observar en consulta que el paciente se decepciona cuando lo que consigue, (aunque sea importante) no coincide con lo que deseaba previamente. Pudiendo incluso producirse una melancólica (grave enfermedad). La decepción es el desencuentro con esa tendencia a la completad y perfección del sujeto. La media naranja no existe. Dr. Carlos Fernández del Ganso










viernes, 9 de diciembre de 2011

“SI TE GUSTAN LAS NOTICIAS DE LA PRENSA”

Si te gustan las noticias de la prensa.
Si por celos te sientes excluido.
Si hace tiempo que no sonríes. Si deseas el mal de alguien.
Si te sientes viejo a tu edad.
Si los amigos no te llaman para quedar.
Si no soportas a tu familia.
Si el trabajo no te cunde todo lo que quieres.
Si el amor te hace sufrir demás.
Si te escudas en alguna enfermedad para no hacer…
Si tus planes siempre se estropean a última hora.
Si hacer el amor lo vives como una complicación.
Si solo tienes ganas de dormir. Si no sueñas.
Si pasó otro verano sin cumplirse tus objetivos.
Si no gozas leyendo. Si se repiten algunos sueños.
Si hace mucho que no escribes un poema, una carta.
Si tu físico lo piensas como un obstáculo para relacionarte.
Si no sabes cuidar las plantas, ni cocinar.
Si piensas que eres muy guapo, pero…
Si todos los hombres buscan lo mismo.
Si todas las mujeres son malas, incluso tu madre.
Si no practicas deporte por falta de tiempo.
Si no estudias idiomas por qué no vales para eso.
Si tú siempre fuiste de letras o de ciencias.
Si te pone muy nervioso hablar en público.
Si te sientes prisionero en tu casa o en tu cuerpo.
Si quieres arreglar el pasado.
Si todo va bien menos tú. Si dicen que hablas mucho.
Si quieres ser mejor persona y no sabes cómo?
Si esperas siempre que te digan lo que tienes que hacer.
Si no soportas a tu madre, ni sus fotografías.
Si tienes miedo a la muerte. Si estás cansado por las mañanas.
Si dicen que eres muy raro. Si no dicen nada de ti.
Si no puedes leer diez minutos seguidos.
Si tu piel protesta. Si comer es un esfuerzo.
Si pierdes objetos constantemente.
Si tienes alguna inquietud y necesitas asesoramiento.
Si tu empresa podría ir mejor y no sabes con quién hablarlo
Si vives solo acompañado de fantasmas.
Si ves demasiada televisión.
Si todo el mundo (3-4 personas) se mete en tu vida.
Si los profesores son injustos y los compañeros estúpidos.
Si el jefe se aprovecha de ti. Si nunca juegas a la lotería.
Si el amor no llega. Si buscas venganza.
Si nunca has sentido celos y envidia.
Si nunca tendrás carnet de conducir.
Si los aviones te dan miedo.
Si hablas solo con animales y plantas.
Si tu espalda se sobrecarga con frecuencia.


¿ALGUNA VEZ HAS PENSADO EN PSICOANALIZARTE?

Dr. Carlos Fernández
www.carlosfernandezdelganso.com

miércoles, 7 de diciembre de 2011

SI TU PEOR ENEMIGO VIVE EN LA PROPIA PIEL

Si hacer el amor, con palabras, no puedes. Si los remordimientos le impiden vivir mejor. Si siente culpa y no sabe de qué? Si sus proyectos los vive con fealdad interior. Si tiene malos pensamientos con los seres queridos. Si odia y ama, ambivalentemente, a quien le rodea. Si necesita realizar algunos rituales antes de salir de casa. Si se siente perseguido y nunca por si mismo. Si tu peor enemigo vive en la propia piel. Si le duele la cabeza, la espalda, el cuello… Si su médico no le entiende. Si nadie acertó con lo que le sucede. Si recuerda los sueños al despertar y luego se le olvidan. Si se mira al espejo constantemente y lo que ve… Si siente angustia por nada definido. Si cada vez se parece más a su padre. Si le confunden con personas famosas. Si le cuesta tener dinero en el bolsillo. Si no puede evitar comprarse libros y después no puede leer. Si dice estar “depre” y no hay motivo alguno para ello. Si dicen que eres mal estudiante o despistado en clase. Si no hago los deberes con los hijos, nunca los hacen… Si ya no hablamos, ni salimos como antes… Si creo que pintar o cantar es innato, de nacimiento. Si el trabajo lo vivo como una condena. Si ya estas harto de tantos potingues. Si adelgazar te parece imposible. Si has renunciado a casi todo por él o ella. Si no consigues quedarte embarazada. Si visitar el baño es toda una odisea. Si nunca te miraste desnudo, de perfil, frente al espejo. Si piensas que el onanismo tiene dedicatoria. Si te cuesta reconocer la envidia de los otros o la tuya propia. Si no puedes tirar ropa vieja aunque tengas prendas por estrenar. Si hace tiempo estás pensando en llamar a… Si consideras imposible vivir sin tus fobias. Si no tienes ninguna superstición y mucho menos prejuicios. Si consideras que el otro te pertenece. Si los amantes no pueden separarse. Si dicen que estás delgada y tú no te ves así. Si solo puedes hacer el amor exacta y concretamente… Si después de la cirugía estética no se arregló… Si estás enamorado de quién no debieras… Si te quieren casar. Si después de comunicarle: ¡¡vamos a ser padres!! él… ¿ALGUNA VEZ HAS PENSADO EN PSICOANALIZARTE? Dr. Carlos Fernández carlos@carlosfernandezdelganso.com www.carlosfernandezdelganso.com

lunes, 5 de diciembre de 2011

LA SALUD DEL SIGLO XXI

* Amatista de Tamara Lampika




A principios del siglo XIX, la Medicina comienza a estudiar y considerar la influencia de las “pasiones sexuales” en el proceso de enfermar de patologías como el cáncer, la tuberculosis, la epilepsia…(afecciones de origen desconocido en aquella época) cuyo pronóstico era fatal. En ese momento se consideraba el cuerpo bajo el prisma de una relación dual: real e imaginaria. Real en base a la experiencia de lo visible, palpable y cuantificable. Y lo Imaginario (imagen) en base al determinismo de lo anímico a lo somático. De modo tal que hace dos siglos lo conocido (por los órganos de la percepción) era lo palpable y a lo desconocido (material) se le atribuía una localización y ésta posiblemente se ubicaba en el cerebro. La conciencia era el centro de todo lo psíquico y, sólo le interesaba a la filosofía, pasando los médicos a investigar las pasiones sexuales con la metodología de lo real y lo imaginario (lo que se tocaba y cuantificaba es lo que existía). En la facultad de medicina se estudia y transmite el concepto de cuerpo en las materias de anatomía comparada, fisiología e histología. Y desde esa articulación se conoce como funciona esa compleja y perfecta máquina que es el cuerpo humano. No por casualidad las primeras asignaturas que se imparten, son aquellas que competen con la descripción y funcionamiento “normal” del cuerpo humano. Después se estudia lo “patológico”. Los conocimientos psíquicos recaen sobre la psicología médica, cuya referencia al cuerpo es un elenco de descripciones sobre la psicopatología de la conciencia, atención, orientación temporo-espacial, memoria, afectividad, percepción, pensamiento, psicomotricidad… Desde principios del siglo XX, el Psicoanálisis aporta a la investigación de las dolencias corporales, los estudios del sistema Inconsciente y la constitución del complejo y perfecto aparato psíquico, desconocido hasta la fecha. Esta novedad ha permitido estudiar la salud y la educación desde otra alteridad, produciendo una realidad donde ciertas enfermedades de etiología desconocida, pueden ser tratadas. El tratamiento de las enfermedades, a cargo de la medicina y el psicoanálisis, y la investigación de la salud y la creación han supuesto un avance en la investigación y el conocimiento de los diferentes sistemas y aparatos que conforman la maquinaria humana de tal manera que afecciones que resultaban mortales el siglo pasado ya no lo son si se dispensa el tratamiento correcto. Comienza en el siglo XX la producción de una salud que es tan corporal como psíquica, no pudiendo ya nunca más pensarse por separado. Un dato en el que ha colaborado el progreso científico de la medicina y el psicoanálisis, es pasar de una edad media de vida cercana a los 52 años en 1900 a los 85 años de promedio en el año 2009 en Europa. Medicina y Psicoanálisis, si bien nacieron con varios siglos de diferencia (datan de dos mil años a. C. la historia de la medicina mesopotámica y los primeros escritos de psicoanálisis del año 1893) Sin embargo desde principios del siglo XX, la articulación de las prácticas en diferentes centros de investigación (Brasil, EE.UU, Argentina, Inglaterra, España…) ha permitido la posibilidad de que en el siglo XXI, no se pueda pensar ninguna enfermedad sin algún tipo de participación del psiquismo. Para pensar la salud como una producción (única forma de salud humana) es necesario la implicación directa del sujeto psíquico y el cuidado del sujeto biológico. La salud y la creación son posibles (es uno de los aportes del psicoanálisis al estudio del cuerpo como humano) al poder pensar lo corporal no sólo desde lo real e imaginario, sino articulado desde el principio por lo simbólico, es decir no hay pensamiento o proceso orgánico donde no intervenga el inconsciente, sin embargo los procesos intelectuales más complicados y correctos pueden desarrollarse sin intervención de la conciencia del sujeto. Esto ha permitido desplegar a la biología, genética y fisiología cuestiones que no se conocían o a las que se atribuía equivocadamente otros mecanismos, ya que los productos psíquicos no deben ser localizados en elementos orgánicos del sistema nervioso, sino, entre ellos. Si es posible la producción del inconsciente es posible la salud humana.










Dr. Carlos Fernández del Ganso





-Médico Psicoanalista-





sábado, 3 de diciembre de 2011

CONSULTAS DE NUESTROS LECTORES

ANGUSTIA, MIEDOS Y FOBIAS

“Un día iba conduciendo el coche y sentí en el cuerpo una sensación muy rara, la cabeza me estallaba y pensé que en ese mismo momento me iba a morir, paré en el arcén llamé por el móvil a mi hermano para que viniera a buscarme porque era incapaz de conducir de nuevo, a pesar de que me había tranquilizado, y desde entonces hace de esto ya dos años no he vuelto a conducir y el problema es que últimamente siento miedo de todo y no puedo salir a la calle si no es acompañada de algún familiar o amigo” R. N.






Las crisis de angustia son sensaciones muy desagradables y el propio recuerdo de aquella situación puede paralizar la vida cotidiana del paciente. La fobia transforma la angustia en temor y todo esto sucede inconscientemente para el sujeto, siendo por ello importante en el tratamiento la escucha y pericia del terapeuta.

Dr. Carlos Fernández (Médico Psicoanalista)
www.carlosfernandezdelganso.com
carlos@carlosfernandezdelganso.com
TF: 676 24 28 44

domingo, 27 de noviembre de 2011

EL POETA Y LA FANTASÍA



















Cuadro: "Reinado de nubes" de Miguel O. Menassa (www.momgallery.com)












EL POETA Y LA FANTASÍA












Todo el mundo podría poetizar, porque poetizar, para Freud, no es más que jugar y no fantasear. ¿Cuál es la diferencia fundamental entre jugar y fantasear? ¿Por qué el que juega es un jugador, alguien que se divierte, y el que fantasea alguien que sufre? En el juego es libre, es decir, no necesita ni mostrárselo a nadie ni ocultarlo a nadie. El neurótico reemplaza el juego por la fantasía. A mi entender en esta línea Freud expone la tesis (y tesis quiere decir que ustedes tienen que trabajar para encontrar la solución), de que el poeta es poeta porque no abandona el juego, no es que nos cuenta sus fantasías, sino que lo que nos cuenta es cómo juega con las palabras.












Lo fundamental entre el juego y la fantasía es que para fantasear no necesito la realidad, por lo tanto, cada vez que fantaseo soy un ser aislado que inventa una realidad nueva que no existe y que no tiene nada que ver con la realidad, por eso que voy a buscar a mi novia y creo que me va a dar un beso y me dice: "Si será desgraciado".












¿Por qué? Porque no hubo realidad sino fantasía. En cambio, el niño cuando juega siempre toma un elemento de la realidad para jugar. El poeta cuando juega siempre juega con la realidad, es decir, tanto el juego del niño como el juego del poeta son la transformación de una realidad conocida.












El neurótico es capaz de montarse en un palo de escoba y cuando uno le dice: ¿por qué no le das de comer?; el tipo va y le da de comer a la escoba. El niño puede montarse en un palo de escoba creyendo que es un caballo y cuando la mamá le dice: "por qué no le das de comer"; el chico le contesta: "mamá, es un palo de escoba".












El niño y el poeta transforman la realidad, pero jamás confunden la realidad con la fantasía, jamás confunden la realidad con el juego. Eso es lo que no puede el neurótico, que está permanentemente quitándole espacio a la realidad para poner en ella sus fantasías.












Esto no quiere decir que hacerte escritor te salve de las fantasías.












Freud dice que cuando alguien me cuenta sus fantasías, tengo asco o indiferencia, en cambio, cuando el poeta me cuenta sus fantasías yo tengo placer. Aquí está el por qué yo digo que el placer preliminar es la interpretación. Freud dice que el poeta le da poco al oyente, le da sólo el placer preliminar. El vedadero placer lo obtiene el sujeto porque el poeta con el placer preliminar lo libera.












Yo, en la interpretación, no le digo al sujeto cómo tiene que vivir, le digo qué es lo que no le deja vivir; entonces el sujeto comienza a vivir. ¿Ven que es el mismo efecto que la interpretación?
Es bellísimo cómo lo dice Freud: poco le da el poeta, nada más que el placer preliminar, pero el placer preliminar es el que le permite al sujeto gozar de sus fantasías. Es decir, que el verdadero placer que me produce la obra estética no viene de la obra estética, porque entonces seríamos prekantianos. El verdadero placer de la obra estética proviene del sujeto. Esto es lo que dice Freud en este maravilloso capítulo, cuando todavía no tenía delineada la teoría psicoanalítica, cuando estaba produciendo efectos de sentido, maravillosos efectos de sentido.












Para que no crean que yo tengo un libro que no tienen ustedes, les leo:
"El poeta mitiga el carácter egoísta del sueño diurno por medio de modificaciones y ocultaciones, metáfora, metonimia, y nos soborna con el placer puramente formal, o sea, estético".
Esto es otra maravilla, esto es decir que el estatuto del psicoanálisis o el estatuto del inconsciente no es ético, sino estético.












Cuando un psicoanalista joven le dice a un paciente que lo que más le gustaba era la teta de la mamá, eso es ético no estético. En realidad estético es como dice Bertolt Brecht cuando estaba con la mujer esa que podía ser la mamá de la cual no recuerda nada, ni siquiera su nombre, sino sólo la nube que pasó por encima de ellos cuando él estaba con la mamá: eso es estético y es también la relación con la madre. Es decir, el estatuto del inconsciente es estético.
Sólo por ese placer estético que me produce es por lo que me animo a gozar de mis producciones propias.












A tal placer, placer preliminar, interpretación, que nos es ofrecido para facilitar la génesis de un placer mayor procedente de fuentes psíquicas más hondas, no de la obra, no de la interpretación, algo que se produce nuevo en el sujeto, lo designamos con el nombre de prima de atracción o placer preliminar. A mi juicio todo el placer estético que el poeta nos procura entraña este carácter de placer preliminar. El verdadero goce de la obra poética procede de la descarga de tensiones dadas en nuestra alma.












Es maravilloso esto que dice porque no es que provenga de la interpretación del analista la curación del paciente. La interpretación del analista abre en el paciente la posibilidad de un nuevo camino que el paciente puede seguir o no seguir. Como pasa con el poema o con el cuadro, no todos sentimos el placer preliminar. A veces tanto miedo tenemos a lo que seríamos capaces de sentir que ni siquiera escuchamos la interpretación o ni siquiera el poeta nos produce el placer estético que abriría en nosotros la posibilidad de un mundo diferente.












Aquello que sostiene el sistema inconsciente es un hecho estético, no es un hecho ético. Por eso, que cuando tengamos que escribir sobre la ética en psicoanálisis, vamos a tener que decir que la ética es según el deseo. Esa es la única ética en psicoanálisis: actuar según el sujeto del deseo.
El deseo no puede tener ninguna ética, porque su estatuto es transformarse permanentemente, repetirse permanentemente diferente; y eso no puede ser una ética, eso es una estética.












MIGUEL OSCAR MENASSA
Seminario Sigmund Freud (21 de febrero de 1997)

sábado, 26 de noviembre de 2011

AUTOBIOGRAFÍA. SIGMUND FREUD (1924-1925)

SE ESTABLECE COMO MÉDICO EN VIENA.




Antes de regresar a Viena permanecí varias semanas en Berlín dedicado a adquirir algunos conocimientos sobre las enfermedades de la infancia, pues el doctor Kassowitz, de Viena, que dirigía un Instituto de enfermedades de la niñez, me había prometido establecer una sala destinada a las enfermedades nerviosas infantiles. En Berlín fui amablemente acogido por Adolf Baginsky. Durante mi actividad en el Instituto de Kassowitz publiqué luego varios trabajos sobre las parálisis cerebrales de los niños. A estos trabajos se debió más tarde, en 1897, el encargo que me hizo Nothnagel de tratar esta materia en su magno Manual de la terapia general y especial.
En otoño de 1886 me establecí como médico en Viena y contraje matrimonio con la mujer que era, hacía ya más de cuatro años, mi prometida, y me esperaba en una lejana ciudad. Por cierto que, siendo aún novia mía, me hizo perder una ocasión de adquirir fama ya en aquellos años juveniles. En 1884 llegó a interesarme profundamente el alcaloide llamado cocaína, por entonces muy poco conocido, y lo hice traer de Merck en cierta cantidad para estudiar sus efectos fisiológicos. Hallándome dedicado a esta labor, se me presentó ocasión de hacer un viaje a la ciudad donde residía mi novia, a la que no veía hacía ya dos años, y puse término rápidamente a mi publicación, prediciendo que no tardarían en descubrirse amplias aplicaciones de aquel alcaloide. Antes de salir de Viena encargué a mi amigo el doctor Königstein, oculista, que investigase en qué medida resultaban aplicables las propiedades anestésicas de la cocaína en las intervenciones propias de su especialidad. A mi vuelta encontré que no Königstein, sino otro de mis amigos, Carl Koller (actualmente en Nueva York), al que también había hablado de la cocaína, había llevado a cabo decisivos experimentos sobre sus propiedades anestésicas, comunicándolos y demostrándolos en el Congreso de Oftalmología de Heidelberg.
Koller es, por tanto, considerado, con razón, como el descubridor de la anestesia local por medio de la cocaína, tan importante para la pequeña cirugía. Por mi parte, no guardo a mi mujer rencor alguno por la ocasión perdida.
Mi establecimiento como neurólogo en Viena data, como antes indiqué, del otoño de 1886. A mi regreso de París y Berlín me hallaba obligado a dar cuenta en la Sociedad de Médicos de lo que había visto y aprendido en la clínica de Charcot. Pero mis comunicaciones a esta Sociedad fueron muy mal acogidas. Personas de gran autoridad, como el doctor Bamberger, presidente de la misma, las declararon increíbles. Meynert me invitó a buscar en Viena casos análogos a los que describía y a presentarlos a la Sociedad. Mas los médicos en cuyas salas pude hallar tales casos me negaron la autorización de observarlos. Uno de ellos, un viejo cirujano, exclamó al oírme: «Pero ¿cómo puedes sostener tales disparates? Hysteron (sic) quiere decir «útero». ¿Cómo, pues, puede un hombre ser histérico?» En vano alegué que no pedía la aceptación de mis diagnósticos, sino tan sólo que se me dejara disponer de los enfermos que eligiera.
Por fin encontré, fuera del hospital, un caso clásico de hemianestesia histérica en un sujeto masculino y pude presentarlo y demostrarlo ante la Sociedad de Médicos. Esta vez tuvieron que rendirse a la evidencia pero se desinteresaron en seguida de la cuestión. La impresión de que las grandes autoridades médicas habían rechazado mis innovaciones, obtuvo la victoria y me vi relegado a la oposición con mis opiniones sobre la histeria masculina y la producción de parálisis histéricas por medio de la sugestión. Cuando poco después se me cerraron las puertas del laboratorio de Anatomía cerebral y me vi falto de local en el que dar mis conferencias, me retiré en absoluto de la vida académica y de relación profesional. Desde entonces no he vuelto a poner los pies en la Sociedad de Médicos. Continúa…

viernes, 25 de noviembre de 2011

OTROS SUEÑOS TÍPICOS





No tengo experiencia personal de otros sueños típicos en los que el soñante se encuentra volando en el aire con el acompañamiento de un sentimiento de agrado o de angustia, por lo que todo lo que diga sobre el particular se deriva de los psicoanálisis. Por la información así obtenida debo concluir que también estos sueños reproducen impresiones infantiles; relatan aquellos juegos de movimiento de tanto atractivo para los niños. No existe un tío que no le haya mostrado a un niño volar alrededor de la pieza cogiéndolo entre sus brazos, o que no haya jugado dejándolo caer súbitamente al estar cabalgando en su rodilla y extender de improviso la pierna, o levantándolo en vilo y repentinamente simular dejarlo caer. Los niños gozan con tales experiencias y no se cansan de pedir su repetición, particularmente si ellas les producen un cierto susto o vértigo. Años después se repiten tales escenas en los sueños; pero dejando aparte las manos que los sujetaban, por lo que flotan o caen sin tener apoyo. El placer derivado por los niños en juegos por el estilo (columpio y balancín) es por todos conocido, y cuando ven acrobacias en un circo se reactiva la memoria de dichos juegos .

Ataques histéricos en niños (varones) a veces no son sino meras reproducciones de tales acrobacias, llevadas a cabo con suma destreza. No es infrecuente que suceda en estos juegos de movimiento, aunque inocentes en sí, que den lugar a sensaciones sexuales (ver nota 339 de la pág 585 en este volumen). El retozar de los niños ('hetzen'), usando un término que corrientemente describe tales actividades, es lo que se repite en los sueños de volar, caer, vértigo, etc., en tanto que el sentimiento placentero a ellas enlazado se transforma en angustia. Muy a menudo, como toda madre lo sabe, el retozar de los niños lleva a terminar en riñas y lágrimas. Por tanto, tengo bases como para rechazar la teoría que los sueños de volar y caer son producidos por el estado de nuestras sensaciones táctiles o de movimiento pulmonar o algo por el estilo. Por mi parte, pienso que tales sensaciones son en sí reproducidas como una parte del recuerdo al que el sueño retrocede, es decir, son una parte del contenido del sueño pero no su fuente. Sin embargo, no puedo dejar de reconocer mi incapacidad de ofrecer una explicación completa de este tipo de sueños. Mis conocimientos me han abandonado al llegar a este punto. Debo, sin embargo, insistir en la afirmación general que todas las sensaciones motoras y táctiles en acción en estos sueños típicos, emergen de inmediato cada vez que haya una razón psíquica para hacer uso de ellas y que puedan ser descartadas al no ser necesitadas. Soy también de la opinión que la relación entre tales sueños y las experiencias infantiles se han establecido con seguridad por los hechos obtenidos en los análisis de psiconeuróticos.

Sin embargo, no soy capaz de decir que otros significados pueden relacionarse con dichas sensaciones a lo largo de la vida -diferentes significados, tal vez para cada caso individual a pesar de la apariencia típica de estos sueños, y tendría sumo agrado en poder llenar el vacío con un análisis cuidadoso de claros ejemplos. Si alguien se sorprende que pese a la frecuencia de sueños de volar, caer o sacarse un diente, me esté quejando de la falta de material, debo decir que yo mismo no he tenido sueños así desde que empezó mi interés por la interpretación onírica. Los sueños de neuróticos, de los que me he aprovechado, no siempre se pueden interpretar, al menos en muchos casos, como para revelar el total significado oculto. Una fuerza particular, que tuvo que ver con el origen y construcción de la neurosis, llega a actuar una vez más al tratar de resolverla, lo que nos impide interpretar estos sueños hasta su último secreto.




La Interpretación de los sueños. S. Freud.

jueves, 24 de noviembre de 2011

SI SUS OJOS NO PUEDE CERRAR

Su sus ojos no puede cerrar, por temor a soñar, no poder abrirlos más.
Hable y escucharé sus sueños.


Dr. Carlos Fernández
Psicoanalista
www.carlosfernandezdelganso.com

miércoles, 23 de noviembre de 2011

MANIFESTACIONES DE LA SEXUALIDAD INFANTIL

Por motivos que veremos más adelante, tomaremos como tipo de las manifestaciones sexuales infantiles el «chupeteo» (succión productora del placer), a la cual ha dedicado un excelente estudio el pediatra húngaro Lindner. La succión o el «chupeteo», que aparece ya en los niños de pecho y puede subsistir hasta la edad adulta e incluso conservarse en ocasiones a través de toda la vida, consiste en un contacto succionador rítmicamente repetido y verificado con los labios, acto al que falta todo fin de absorción de alimento. Una parte de los mismos labios, la lengua o cualquier otro punto asequible de la piel del mismo individuo (a veces hasta el dedo gordo de un pie), son tomados como objeto de la succión. Al mismo tiempo aparece a veces un instinto de aprehensión, que se manifiesta por un simultáneo pellizcar rítmico del lóbulo de la oreja, y puede también apoderarse de esta misma u otra cualquiera parte del cuerpo de otra persona con el mismo fin. La succión productora de placer está ligada con un total embargo de la atención y conduce a conciliar el sueño o a una reacción motora de la naturaleza del orgasmo.
Con frecuencia se combina con la succión productora de placer el frotamiento de determinadas partes del cuerpo de gran sensibilidad: el pecho o los genitales exteriores. Muchos niños pasan así de la succión a la masturbación. Lindner ha reconocido claramente y ha hecho resaltar con toda audacia la naturaleza sexual de este acto. Frecuentemente se considera el «chupeteo» como una de las «mañas» sexuales del niño. Numerosos pediatras y neurólogos niegan en absoluto esta hipótesis; más su contraria opinión, fundada en una confusión entre lo sexual y lo genital, plantea el difícil e inevitable problema de establecer qué carácter general debe atribuirse a las manifestaciones sexuales de los niños. Por mi parte, opino que el conjunto de aquellas manifestaciones en cuya esencia hemos penetrado por medio de la investigación psicoanalítica nos da derecho a considerar el «chupeteo» como una manifestación sexual y a estudiar en ella precisamente los caracteres esenciales de la actividad sexual infantil. Continúa…
“Tres ensayos para una teoría sexual” S. Freud (1905)

martes, 22 de noviembre de 2011

PRIMERAS CONFERENCIAS. AUTOBIOGRAFÍA. Sigmund Freud (1924-1925)


La fama de mis diagnósticos, confirmados por la autopsia, me atrajo el interés de varios médicos americanos, a los que comencé a dar, en un chapurreado inglés, un cursillo sobre tales temas, utilizando como material de observación a los enfermos de mi sala. Pero no tenía el menor conocimiento de la neurosis; y así, cuando un día presenté a mis oyentes un neurótico con ininterrumpido dolor de cabeza y diagnostiqué el caso de meningitis circunscrita crónica, me abandonaron todos, poseídos de una justificada indignación crítica, dando allí fin mi prematura actividad pedagógica.
Sin embargo, alegaré en mi disculpa que grandes autoridades médicas de Viena solían aún diagnosticar por aquel entonces la neurastenia como un tumor cerebral.
En la primavera de 1885 me fue conferida la plaza de «docente» de Neuropatología en mérito de mis trabajos histológicos y clínicos. Poco después me consiguió Brücke una generosa pensión para realizar estudios en el extranjero y al otoño siguiente me trasladé a París. Confundido entre los muchos médicos extranjeros que se inscribían como alumnos en la Salpêtrière, no se me dedicó al principio atención ninguna especial. Pero un día oí expresar a Charcot su sentimiento por no haber vuelto a tener noticia alguna desde la pasada guerra del traductor alemán de sus conferencias. Luego agregó que le agradaría mucho encontrar una persona de garantía que se encargase de la traducción alemana de sus Nuevas conferencias. Al día siguiente me ofrecí para ello en una carta, en la que recuerdo haber escrito que sólo padecía la aphasie motrice, pero no la aphasie sensorielle du français. Charcot aceptó mi ofrecimiento, me admitió a su trato privado y me hizo participar desde entonces directamente en todo aquello que en la clínica sucedía.
Hallándome dedicado a la redacción del presente trabajo he recibido de Francia numerosos ensayos y artículos que testimonian de una violenta resistencia a la aceptación del psicoanálisis y contienen a veces afirmaciones totalmente inexactas relativas a mi situación como respecto a la escuela francesa. Así, leo, por ejemplo, que aproveché mi estancia en París para familiarizarme con las teorías de P. Janet, huyendo luego con mi presa. Contra esta afirmación he de hacer constar que durante mi estancia en la Salpêtrière nadie nombraba aún para nada a P. Janet.
De todo lo que vi al lado de Charcot, lo que más me impresionó fueron sus últimas investigaciones sobre la histeria, una parte de las cuales se desarrolló aún en mi presencia, o sea la demostración de la autenticidad y normalidad de los fenómenos histéricos (introite et hic dii sunt) y de la frecuente aparición de la histeria en sujetos masculinos, la creación de parálisis y contracturas histéricas por medio de la sugestión hipnótica y la conclusión de que estos productos artificiales muestran exactamente los mismos caracteres que los accidentales y espontáneos, provocados con frecuencia por un trauma. Algunas de las demostraciones de Charcot despertaron al principio en mí, como en otros de los asistentes, cierta extrañeza y una tendencia a la contradicción, que intentábamos apoyar en una de las teorías por entonces dominantes.
El maestro discutía siempre nuestras objeciones con tanta paciencia y amabilidad como decisión, y en una de estas discusiones pronunció la frase Ça n'empêche pas d'exister, para mí inolvidable. No todo lo que por entonces nos enseñó Charcot se mantiene aún en pie. Parte de ello aparece ahora muy discutible, y otra parte ha sucumbido por completo a la acción del tiempo. Pero, sin embargo, queda aún mucho que ha pasado a integrar duraderamente el contenido de la ciencia. Antes de abandonar París tracé con Charcot el plan de un estudio comparativo de las parálisis histéricas con las orgánicas. Me proponía demostrar el principio de que las parálisis y anestesias histéricas de las diversas partes del cuerpo se delimitan conforme a la representación vulgar (no anatómica) del hombre. El maestro se mostró de acuerdo conmigo, pero no era difícil adivinar que, en el fondo, no se sentía inclinado a profundizar en la psicología de las neurosis. Su punto de partida habría sido, en efecto, la Anatomía. Continúa…

domingo, 20 de noviembre de 2011

ÚLTIMA CARTA DE FREUD












































A ALBRECHT SCHAEFFER





20, Maresfield Gardens, Londres, N.W. 3





19-9-1939





Querido señor Schaeffer:






¡Con qué alegría he recibido su inesperada carta! ¡Cuántas veces he pensado en mi
poeta durante estos tiempos, vacíos en ciertos aspectos, preguntándome a qué
rincón de este desbaratajustado mundo le habían impulsado los acontecimientos de
su patria!





Me alegró muchísimo saber que lo que yo temía no ocurrió y que ha encontrado una compañera tan valiosisíma en su esposa.





No todo lo que pueda decirle de mí coincidiría con sus deseos, pero tengo más de ocheta y tres años, debería haber muerto ya y sólo me queda seguir el consejo de su poema: Espera, espera.3





Muy sinceramente suyo,








Freud.



3. Durante la noche del 22 al 23 de septiembre, a las tres de la mañana -tres días después de haber escrito estas palabras-, falleció Freud.





















viernes, 18 de noviembre de 2011

ANTES DE VOTAR. -EL FÚTBOL EN EUROPA ¿PUEDE TRIUNFAR SIN TOLERANCIA?-

ANTES DE VOTAR
EL FÚTBOL EN EUROPA ¿PUEDE TRIUNFAR SIN TOLERANCIA?


En todos los partidos de fútbol europeo se repite la lógica formal de lo universal y una dialéctica matemática donde se reduce el sujeto a una función. Quiero con esto señalar que: tanto en las competiciones caseras como en las internacionales, insiste lo que también sucede en otros ámbitos sociales, ¡¡la intolerancia!!.
Es a finales del siglo XIX y principios del siglo XX donde se pueden fechar los grandes hitos científicos que “nos piensan y dirigen” actualmente en Europa. Supongo que no debe ser muy diferente en otros continentes, cuyo fútbol, no he estudiado tanto.
Que los ingleses alcanzaran la patria potestad del invento y la prensa deportiva francesa fuera la primera en gestionar su difusión o que los equipos españoles e italianos sean los vencedores en el cincuenta por ciento de los torneos disputados y, que grandes capitales financieros inviertan en los clubes o que gran parte del “pie de obra” proceda del sur americano son efectos económico-políticos y no, la causa de nada.
La formación de los dirigentes, también los deportivos, es una demanda patente en Europa; así cuando el presidente de la FIFA, señor Blatter, resultó abucheado en la propia sede central de Suiza, abandonó la reunión alegando a la prensa: ¡que abucheen al presidente de la FIFA es intolerable e inadmisible! Podemos hablar del TAS o de los inconvenientes legales con la justicia ordinaria, por las denuncias del presidente de un club suizo, sobre la UEFA, impugnaciones en votaciones... Problemas que en una “gran familia” al hacerse públicas, no por sociales dejan de señalar su relación con lo ético y lo perverso.
La TOLERANCIA es clave en la gestión (arte de lo posible) que todo dirigente deportivo europeo lleva adelante. La salud, educación y cultura de nuestros deportistas, técnicos, profesionales y espectadores depende en gran parte de ello. Y la tolerancia por ideológica se transmite inconscientemente y se muestra en los actos, no sirviendo las medidas de buena voluntad para reprimirla o transformarla.
Desconocer estas premisas o cuestionar la existencia de métodos científicos es similar a manejarse en la vida cotidiana (deportiva) con tecnología del siglo XVIII.
En la gestión deportiva y en la economía política, con demasiada frecuencia hace síntoma social, es decir, se pervierte el espíritu y la ética deportiva, imponiéndose la moral de los poderosos y estafadores que quieren usurparnos la estética del balompié y otros bienes culturales.


Dr. Carlos Fernández
Médico Psicoanalista
www.carlosfernandezdelganso.com

sábado, 22 de octubre de 2011

DIFUSIÓN DEL PSICOANÁLISIS. AUTOBIOGRAFÍA. Sigmund Freud (1924-25)

La oposición oficial no ha podido evitar la difusión del psicoanálisis en Alemania y en otros países. En otro lugar -Historia del movimiento psicoanalítico- he seguido las etapas de sus progresos y citado a sus principales representantes. En 1909 fuimos invitados Jung y yo por G. Stanley Hall para dar en la Clark University, de Norteamérica, cuyo presidente era, varias conferencias en alemán durante las fiestas con que dicha Universidad celebrada el vigésimo aniversario de su fundación.
Hall era un psicólogo y pedagogo muy reputado justificadamente, y había integrado el psicoanálisis en sus enseñanzas hacía ya varios años, pues era muy aficionado a introducir novedades y a elevar sobre el pavés nuevas autoridades, sin perjuicio de derrocarlas después.
En Norteamérica encontramos también a James J. Putnam, neurólogo de Harvard, que, a pesar de su avanzada edad, abrigaba un caluroso entusiasmo por el psicoanálisis, y defendió con todo el peso de su personalidad, generalmente respetada, el valor cultural de la nueva disciplina y la pureza de sus intenciones. En este excelente hombre, que como reacción a una disposición a la neurosis obsesiva había adoptado una orientación predominantemente ética, nos contrariaba sólo su deseo de agregar el psicoanálisis a un determinado sistema filosófico y colocarle al servicio de aspiraciones morales. Mi encuentro con el filósofo William James me dejó también una duradera impresión. Yendo un día de paseo con él, se detuvo de repente, me entregó una cartera que llevaba en la mano y me pidió que me adelantase, prometiendo alcanzarme en cuanto dominara el ataque de angina de pecho, que sentía próximo. Un año después moría en uno de estos ataques, y desde entonces me he deseado un análogo valor ante la muerte. Por entonces tenía yo cincuenta y tres años; me sentía joven y sano, y mi corta estancia en el Nuevo Mundo me tonificó considerablemente, aumentando mi confianza en mí propio.
En Europa me parecía sentirme bajo los efectos de una anatema, y en cambio, en América me vi acogido como un igual por aquellos a quienes yo consideraba y respetaba más. Cuando subí a la cátedra de la Universidad de Worcester para pronunciar mis conferencias sobre psicoanálisis creía asistir a la realización de inverosímil fantasía optativa. El psicoanálisis no era ya, pues, un ente de razón, sino una valiosa realidad. Desde mi visita no ha disminuido en América el interés que el psicoanálisis inspiraba ya. Se ha hecho popular entre los profanos y es reconocido por muchos psiquiatras oficiales como un importante elemento de la enseñanza médica. Desgraciadamente, también ha sufrido algunas injustificadas atenuaciones, y algo que nada tiene que ver con él se cubre a veces con su nombre. Cierto es que los médicos americanos carecen en su país de medios de ilustrarse en lo que respecta a la técnica y a la teoría psicoanalíticas. Por último, se tropieza con el behaviourism americano, que se vanagloria ingenuamente de haber suprimido por completo el problema psicológico.
En Europa hubo, de 1911 a 1913, dos movimientos de separación del psicoanálisis, iniciados por personas que hasta entonces habían desempeñado un papel considerable en la recién aparecida ciencia. Me refiero a Alfredo Adler y a C. G. Jung. Ambas defecciones fueron harto peligrosas y agruparon en derredor de sus iniciadores núcleos importantes; pero no debían su fuerza a su contenido propio, sino al deseo de emanciparse de ciertos resultados del psicoanálisis, aun aceptando el material de hechos en el que se basaban. Jung intentó una traducción de los hechos analíticos a lo abstracto e impersonal, traducción por medio de la cual creía ahorrarse el reconocimiento de la sexualidad infantil y del complejo de Edipo y la necesidad del análisis de la infancia. Adler pareció alejarse aún más del psicoanálisis, negando en absoluto la importancia de la sexualidad, refiriendo la formación del carácter y de las neurosis a la aspiración de poderío de los hombres y a su necesidad de compensar su inferioridad constitucional, y anulando todas las nuevas adquisiciones psicológicas del psicoanálisis. Pero todo lo que entonces rechazó ha forzado luego la entrada de su cerrado sistema, cambiando únicamente de nombre. La crítica fue muy benigna para ambos heréticos, y, por mi parte, sólo pude alcanzar que tanto Adler como Jung renunciaran a dar a sus teorías el nombre de psicoanálisis. Actualmente, transcurridos diez años, puede comprobarse que ninguna de estas dos tentativas ha causado perjuicio alguno al psicoanálisis.
Cuando una comunidad se halla fundada en una coincidencia sobre determinados puntos cardinales es natural que salgan de ella aquellos que han abandonado dicho terreno común. Sin embargo, se ha atribuido con frecuencia la defección de antiguos discípulos míos a mi intolerancia o se ha visto en ella la expresión de una fatalidad especial que sobre mí pesaba. Contra este indicaré exclusivamente que frente a aquellos que me han abandonado, como Jung, Adler, Stekel y otros se alza gran número de personas -tales como Abraham, Eitingon, Ferenczi, Rank, Jones, Brill, Sachs, Pfister, Van Emden, Reik y otros- que me son adeptos desde hace más de quince años, durante los cuales han colaborado fielmente conmigo, y con los que vengo manteniendo una ininterrumpida amistad. Cito aquí únicamente a aquellos discípulos míos más antiguos que se han creado ya un nombre en la literatura del psicoanálisis, y la omisión de otros más modernos no significa en modo alguno una menor estimación, pues entre ellos hay inteligencias en las que pueden fundarse grandes esperanzas. Un hombre intolerante y absorbente no hubiera podido conservar en derredor suyo una tan numerosa legión de personas de alta intelectualidad, sobre todo no poseyendo, como no poseo, medio alguno práctico de atracción. Continúa…

ESTUDIAR Y TRABAJAR. Autobiografía - Sigmund Freud (1924-1925)

Pero en 1882 mi venerado maestro rectificó la confiada ligereza de mi padre, llamándome urgentemente la atención sobre mi mala situación económica, y aconsejándome que abandonase mi actividad, puramente teórica. Siguiendo sus consejos, dejé el laboratorio fisiológico y entré de aspirante en el Hospital General. Al poco tiempo fui nombrado interno del mismo, y serví en varias de sus salas, pasando más de seis meses en la de Meynert, cuya personalidad me había interesado ya profundamente en mis años de estudiante. Sin embargo, permanecí en cierto modo fiel a mis primeros trabajos. Brücke me había indicado al principio, como objeto de investigación, la médula espinal de un pez de los más inferiores (el Ammocoetes petromyzon), y de este estudio pasé al del sistema nervioso humano, sobre cuya complicada estructura acababan de arrojar viva luz los descubrimientos de Flechsig. El hecho de elegir única y exclusivamente al principio la medulla oblongata como objeto de investigación, fue también una consecuencia de la orientación de mis primeros estudios, en absoluta oposición a la naturaleza difusa de mi labor durante los primeros años universitarios, se desarrolló en mí una tendencia a la exclusiva concentración del trabajo sobre una materia o un problema únicos. Esta inclinación ha continuado siéndome propia y me ha valido luego el reproche de ser excesivamente unilateral. En el laboratorio de anatomía cerebral continué trabajando, con la misma fe que antes en el fisiológico. Durante estos años redacté varios trabajos sobre la medulla oblongata, que merecieron la aprobación de Edinger. Meynert, que me había abierto las puertas del laboratorio aun antes de hallarme bajo sus órdenes, me invitó un día a dedicarme definitivamente a la anatomía del cerebro, prometiéndome la sucesión en su cátedra, pues se sentía ya muy viejo para profundizar en los nuevos métodos. Atemorizado ante la magnitud de tal empresa, decliné la proposición. Probablemente, sospechaba ya que aquel hombre genial no se hallaba bien dispuesto para conmigo. La anatomía del cerebro no representaba para mí, desde el punto de vista práctico, ningún progreso con relación a la Fisiología. Así, pues, para satisfacer las exigencias materiales hube de dedicarme al estudio de las enfermedades nerviosas. Esta especialidad era por entonces poco atendida en Viena. El material de observación se hallaba diseminado en las diversas salas del hospital, y de este modo se carecía de toda ocasión de estudio, viéndose uno obligado a ser su propio maestro. Tampoco Nothnagel, a quien la publicación de su obra sobre la localización cerebral había llevado a la cátedra, diferenciaba la Neuropatología de las demás ramas de la Medicina interna. Atraído por el gran nombre de Charcot, que resplandecía a lo lejos, formé el plan de alcanzar el puesto de «docente» en la rama de enfermedades nerviosas, y trasladarme luego por algún tiempo a París, con objeto de ampliar allí mis conocimientos. Durante los años en que fui médico auxiliar publiqué varias observaciones casuísticas sobre enfermedades orgánicas del sistema nervioso. Poco a poco fui dominando la materia, y llegué a poder localizar tan exactamente un foco en la medulla oblongata, que la autopsia no añadía detalle alguno a mis afirmaciones. De este modo fui el primer médico de Viena que envió a la sala de autopsias un caso con el diagnóstico de «polineuritis acuta».




Continúa…

jueves, 20 de octubre de 2011

AUTOEROTISMO

Debemos dedicar toda nuestra atención a este ejemplo. Hagamos resaltar, como el carácter más notable de esta actividad sexual, el hecho de que el instinto no se orienta en ella hacia otras personas. Encuentra su satisfacción en el propio cuerpo; esto es, es un instinto autoerótico para calificarlo con el feliz neologismo puesto en circulación por Havelock Ellis. Se ve claramente que el acto de la succión es determinado en la niñez por la busca de un placer ya experimentado y recordado. Con la succión rítmica de una parte de su piel o de sus mucosas encuentra el niño, por el medio más sencillo, la satisfacción buscada. Es también fácil adivinar en qué ocasión halla por primera vez el niño este placer, hacia el cual, una vez hallado, tiende siempre de nuevo. La primera actividad del niño y la de más importancia vital para él, la succión del pecho de la madre (o de sus subrogados), le ha hecho conocer, apenas nacido, este placer. Diríase que los labios del niño se han conducido como una zona erógena, siendo, sin duda, la excitación producida por la cálida corriente de la leche la causa de la primera sensación de placer.
En un principio la satisfacción de la zona erógena aparece asociada con la del hambre. La actividad sexual se apoya primeramente en una de las funciones puestas al servicio de la conservación de la vida, pero luego se hace independiente de ella. Viendo a un niño que ha saciado su apetito y que se retira del pecho de la madre con las mejillas enrojecidas y una bienaventurada sonrisa, para caer en seguida en un profundo sueño, hemos de reconocer en este cuadro el modelo y la expresión de la satisfacción sexual que el sujeto conocerá más tarde. Posteriormente la necesidad de volver a hallar la satisfacción sexual se separa de la necesidad de satisfacer el apetito, separación inevitable cuando aparecen los dientes y la alimentación no es ya exclusivamente succionada, sino mascada.
El niño no se sirve, para la succión, de un objeto exterior a él, sino preferentemente de una parte de su propio cuerpo, tanto porque ello le es más cómodo como porque de este modo se hace independiente del mundo exterior, que no le es posible dominar aún, y crea, además, una segunda zona erógena, aunque de menos valor. El menor valor de esta segunda zona le hará buscar posteriormente las zonas correspondientes de otras personas; esto es, los labios. (Pudiera atribuirse al niño la frase siguiente: «Lástima que no pueda besar mis propios labios.») No todos los niños realizan este acto de la succión. Debe suponerse que llegan a él aquellos en los cuales la importancia erógena de la zona labial se halla constitucionalmente reforzada. Si esta importancia se conserva, tales niños llegan a ser, en su edad adulta, inclinados a besos perversos, a la bebida y al exceso en el fumar; más, si aparece la represión, padecerán de repugnancia ante la comida y de vómitos histéricos. Por la duplicidad de funciones de la zona labial, la represión se extenderá al instinto de alimentación. Muchas de mis pacientes con perturbaciones anoréxicas, globo histérico, opresión en la garganta y vómitos, habían sido en sus años infantiles grandes «chupeteadores». En el acto de la succión productora de placer hemos podido observar los tres caracteres esenciales de una manifestación sexual infantil. Esta se origina apoyada en alguna de las funciones fisiológicas de más importancia vital, no conoce ningún objeto sexual, es autoerótica, y su fin sexual se halla bajo el dominio de una zona erógena. Anticiparemos ya que estos caracteres son aplicables asimismo a la mayoría de las demás actividades del instinto sexual infantil. Continúa…
“Tres ensayos para una teoría sexual” S. Freud (1905)

viernes, 7 de octubre de 2011

CONGRESOS, ASOCIACIONES Y PUBLICACIONES




Todavía hoy leo en algunos críticos «benévolos» que el psicoanálisis tiene razón hasta determinado punto, pero que a partir de él empieza ya a exagerar o a generalizar injustificadamente. Nada más difícil, sin embargo, que establecer una tal delimitación, sobre todo cuando el que la establece no tenía semanas antes conocimiento ninguno sobre la materia. El anatema oficial contra el psicoanálisis tuvo la consecuencia de hacer más íntima y compacta la unión de los analíticos. En el segundo Congreso, celebrado en Nuremberg (1910), se constituyó a propuesta de S. Ferenczi, la Asociación Psicoanalítica Internacional, dividida en grupos locales, bajo la dirección de un presidente. Esta Asociación ha sobrevivido a la guerra; existe aún hoy en día, y comprende los siguientes grupos: Viena, Berlín, Budapest, Zurich, Londres, Holanda, Nueva York, Panamérica, Moscú y Calcuta. El primer presidente fue, a mi propuesta, C. G. Jung; elección muy desafortunada como después se demostró.
El psicoanálisis fundó entonces una segunda revista -Zentralblatt für Psychoanalyse-, redactada por Adler y Stekel, y poco después, una tercera -Imago- , dirigida por los analíticos no médicos H. Sachs y O. Rank, y dedicada a las aplicaciones del análisis a las ciencias espirituales. Poco después publicó Bleuler su escrito en defensa del psicoanálisis (El psicoanálisis de Freud, 1910).
Por muy agradable que me fuese ver entrar por fin en liza a la equidad y a la honrada lógica, el trabajo de Bleuler no llegó a satisfacerme por completo. Aspiraba, en efecto, con exceso, a una apariencia de imparcialidad, recordándome que no en vano debía el psicoanálisis a este autor la introducción del valioso concepto de la ambivalencia. En posteriores trabajos ha observado Bleuler una conducta tan contraria a las teorías analíticas, y ha puesto en duda o rechazado principios tan importantes, que llegué a preguntarme con asombro en qué podía consistir su adhesión a nuestras opiniones. Sin embargo, posteriormente ha hecho manifestaciones muy favorables a la «psicología de las profundidades» y ha fundado en ella su exposición de las esquizofrenias. Bleuler permaneció poco tiempo dentro de la Asociación Psicoanalítica Internacional, que abandonó a causa de diferencias de criterio con Jung, y Burghölzli se perdió para el análisis. Continúa…

miércoles, 5 de octubre de 2011

LAS LESIONES MUSCULARES EN BARCELONA ¿SON DIFERENTES?

Las lesiones musculares en el Fútbol Club Barcelona, nada tienen que ver con lo psicológico, según afirmó el Dr. Pruna a la pregunta de la prensa deportiva ¿hay algo de psicológico en tanta lesión muscular? en presencia de su colega el doctor Cugat, el galeno respondió concretamente: “No. Pedimos a los jugadores que no hagan ellos el diagnóstico. Que cualquier molestia que noten nos la notifiquen”.
Alega además el Dr. Pruna, que “la acumulación de partidos es la principal causa de las lesiones musculares. La exigencia y el nivel de competición provocan estas dolencias y que el mundo del fútbol está ligado a las lesiones, básicamente musculares”.
Apostillando en la entrevista el doctor Cugat: “el bíceps femoral es la lesión por excelencia del fútbol porque es la que se produce en el momento de disparar y en la arrancada en carrera”. Concretando que alrededor de 20 lesiones musculares, al año, en una plantilla como el Barcelona son la media normal y que no hay que preocuparse por esas cifras.
Los médicos del mejor equipo de fútbol del mundo, deben saber de qué hablan, cuando diagnostican una lesión deportiva, especialmente las lesiones musculares y más concretamente aquel grupo muscular que interviene en ciertas acciones como el golpeo fuerte del balón doblando la rodilla o el arranque brusco en carrera donde intervienen un conjunto de tres músculos llamado “Isquiotibiales”: Bíceps Femoral (o Crural) Semimembranoso y Semitendinoso, con inserciones en la tuberosidad del isquion (cadera) y la meseta tibial, lo que posibilita y permite actuar sincrónicamente en acciones como las descritas.
La cadera está formada por tres huesos siendo uno de ellos el isquion, en el cual nos apoyamos al sentarnos. Estos músculos isquiotibiales permiten extender la cadera, llevando la pierna hacia atrás y flexionar la rodilla, doblándola, movimientos que junto con rotaciones de cadera y rodilla, permiten la carrera y el preciso golpeo del balón en cualquier lance del juego. Cuando un futbolista se lleva la mano a la parte posterior del muslo, nos hace pensar la posibilidad de una lesión de éste tipo.
Deben ser los especialistas en medicina deportiva los que diagnostiquen estas dolencias musculares, siendo los especialistas en psicoanálisis los que deben dejar sentado a todos los profesionales que: no hay lesión muscular sin participación del psiquismo, ya que interviene en toda actividad humana y faceta deportiva. Y lo hace, a veces, en el mecanismo lesional y siempre en el pronóstico de la lesión.
Cualquier molestia previa en el deportista puede deberse, tanto a problemas musculares como a conflictos personales que inciden en el llamado entrenamiento invisible del deportista, manifestándose como efecto en el terreno de juego.
Y debo concretar y es uno de los motivos de esta carta: quiero pensar que la no presencia en la rueda de prensa de un Psicoanalista por parte del Barcelona que colaborara con respuestas más precisas a las preguntas de la prensa deportiva, puede hacer pensar que el Dr. Pruna o el Dr. Cugat desconozcan la importancia y permanente colaboración de cuerpo y mente en todos los futbolistas del Barcelona, estando seguro que el mejor club de fútbol del mundo debe tener a su disposición a los mejores profesionales posibles.
Atentamente.
Dr. Carlos Fernández
Médico Psicoanalista
Especialista en Dirección Deportiva
www.carlosfernandezdelganso.com

lunes, 3 de octubre de 2011

LA SUBLIMACIÓN Y LOS INSTINTOS SEXUALES





Nuestra cultura descansa totalmente en la coerción de los instintos. Todos y cada uno hemos renunciado a una parte de las tendencias agresivas y vindicativas de nuestra personalidad, y de estas aportaciones ha nacido la común propiedad cultural de bienes materiales e ideales. La vida misma, y quizá también muy principalmente los sentimientos familiares, derivados del erotismo, han sido los factores que han motivado al hombre a tal renuncia, la cual ha ido haciéndose cada vez más amplia en el curso del desarrollo de la cultura. Por su parte, la religión se ha apresurado a sancionar inmediatamente tales limitaciones progresivas, ofrendando a la divinidad como un sacrificio cada nueva renuncia a la satisfacción de los instintos y declarando «sagrado» el nuevo provecho así aportado a la colectividad. Aquellos individuos a quienes una constitución indomable impide incorporarse a esta represión general de los instintos son considerados por la sociedad como «delincuentes» y declarados fuera de la ley, a menos que su posición social o sus cualidades sobresalientes les permitan imponerse como «grandes hombres» o como «héroes».
El instinto sexual -o, mejor dicho, los instintos sexuales, pues la investigación analítica enseña qué el instinto sexual es un compuesto de muchos instintos parciales- se halla probablemente más desarrollado en el hombre que en los demás animales superiores, y es, desde luego, en él mucho más constante, puesto que ha superado casi por completo la periodicidad, a la cual aparece sujeto en los animales. Pone a la disposición de la labor cultural grandes magnitudes de energía, pues posee en alto grado la peculiaridad de poder desplazar su fin sin perder grandemente en intensidad. Esta posibilidad de cambiar el fin sexual primitivo por otro, ya no sexual, pero psíquicamente afín al primero, es lo que designamos con el nombre de capacidad de sublimación. Contrastando con tal facultad de desplazamiento que constituye su valor cultural, el instinto sexual es también susceptible de tenaces fijaciones, que lo inutilizan para todo fin cultural y lo degeneran, conduciéndolo a las llamadas anormalidades sexuales. La energía original del instituto sexual varía probablemente en cada cual e igualmente, desde luego, su parte susceptible de sublimación. A nuestro juicio, la organización congénita es la que primeramente decide qué parte del instinto podrá ser susceptible de sublimación en cada individuo; pero, además, las influencias de la vida y la acción del intelecto sobre el aparato anímico consiguen sublimar otra nueva parte. Claro está que este proceso de desplazamiento no puede ser continuado hasta lo infinito, como tampoco puede serlo la transformación del calor en trabajo mecánico en nuestras maquinarias. Para la inmensa mayoría de las organizaciones parece imprescindible cierta medida de satisfacción sexual directa, y la privación de esta medida, individualmente variable, se paga con fenómenos qué, por su daño funcional y su carácter subjetivo displaciente, hemos de considerar como patológicos.





De la “Moral sexual cultural y la Nerviosidad Moderna".
Sigmund Freud 1908
Continúa

jueves, 29 de septiembre de 2011

ENCUENTRO SOBRE EL FIN DEL ANÁLISIS.






ENCUENTRO SOBRE EL FIN DEL ANÁLISIS





Madrid, 28 de Enero de 1989

Dejar algo, también, es abrirse a otras ralidades.
La conclusión de las relaciones más antiguas (si así se puede llamar a alguna relación, donde no puede haberla) abrirá, sin dudas, nuevas realidades, en principio, para todos los participantes de la separación y secundariamente, pero en el mismo nivel de importancia, el resto se verá beneficiado por estas aperturas.
Pero el dolor es inevitable.
Y dolor habrá para todos, ya que los más jóvenes estuvieron hasta ahora bebiendo gratuitamente de lo que fue la formación de los mayores, ahora ellos tendrán que contratar para que a partir de ahora se trate de la formación de ellos de la cual beberán, casi gratuitamente, otros, más jóvenes.
Cuando en el 81 se me planteó el asunto de una Escuela de Psicoanálisis se sabía, claramente, que la fundación de la Escuela era para formar a los que la fundaban.
Y eso, hoy podemos verlo, fue más o menos lo que pasó durante estos intensos ocho años, el resto no hizo otra cosa que presenciar esta formación.
Es por eso que insisto: debe haber un nuevo pedido de formación para que eso vuelva a ocurrir.
Estas jornadas tienen la intención de que se vuelvan a reunir los grupos didácticos y que haya por lo menos alguien que quiera contratar con la Escuela para ser formado.
El contrato de formación cuando viene desde el candidato (por otra parte única manera de poder realizarse) implica que la vida del candidato ha de diluirse, toda ella, en la vida de la transferencia y así hasta el final, donde el candidato diluirá su transferencia en lo que habrá de ser su nueva vida como psicoanalista.
Es decir, que si muchos de ustedes, todavía, no han visualizado quién habrá de ser vuestro didácta (clásicamente hablando vuestro maestro) muchos de ustedes no han tenido aún la primera entrevista, aunque pretendan estar realizando un psicoanálisis
Ya que al campo del psicoanálisis no se entra sin antes haber decidido diluir toda la vida en la vida de la transferencia; es decir, exactamente, armarse del valor para no tener ningún otro futuro que el fin del análisis donde, por fin, se abrirá para el candidato su propia vida.
Y para dar comienzo a las jornadas diré: que eso que el candidato es en el fondo, es lo que permite leer porqué la transferencia tuvo el desarrollo que tuvo.
Quiero decirles que estas jornadas tienen para mí un valor extremo, ya que puedo presentarme en público (sabiendo que todos somos candidatos al psicoanálisis) pensando que un discípulo, más allá de todas las decisiones que deben tomarse durante el proceso de formarse, sólo es considerado como tal si tiene la gracia de ponerle fin a la transferencia y comenzar a vivir su propio pensamiento, queremos decir, su propia vida.
Mientras esto no sea posible no habrá discípulos.
Y estoy, también, contento porque sé que mi tarea en la transmisión del psicoanálisis recién comienza, ya que muchos de los presentes no sólo tienen fantasías de formarse como psicoanalistas sino que entre ellos se encuentran, también, quienes aún están capacitados para emprender ya mismo semejante viaje.
Y, aún, entre los más jóvenes se puede vislumbrar, con buen tino, que en los próximos años habrá más.
Y no quisiera olvidarme con esto de la formación que ya existe de manera material, es decir, legalmente constituida: la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero, la Escuela de Poesía, la Editorial Grupo Cero; es decir que ya no puede ser ninguna idea de formación fundar otras escuelas o crear otras editoriales sino que formarse, para que sea entre nosotros, será encontrar las mejores maneras de funcionamiento dentro de lo fundado por nuestros antecesores que, en algunos casos, somos nosotros mismos.
Y formarse será, también, el desarrollo de las ideas que hacen a la programación de una mejor salud mental para toda la población que como ejemplo de estas cuestiones se puede nombrar, que debemos la creación de un hospital de día y si es posible la fundación de un departamento de Clínica que pueda dar atención a un gran número de personas.
A veces, me pregunto si todo lo vivido servirá para algo.
A veces, la única respuesta es el silencio.
Y no me digo nada y me quedo ahí, callado, mirando cómo el horizonte se parte de silencio y, yo mismo, soy esos fragmentos del horizonte, cayéndose, ya sin otro destino que caer.
Algo finaliza, me doy cuenta, pero la cosa misma no deja de caer.
Y si hoy algo comienza porque el final fue acto, lo nacido ha nacido de caer.
Seguir cayendo sin llegar nunca a ningún fondo es propiedad pura de la cosa. Lo que muere es el hombre, sus amores.
Miguel Oscar Menassa del libro FREUD Y LACAN -hablados- 2. Editorial Grupo Cero

domingo, 4 de septiembre de 2011

¿ TU PSICOANALISTA ESTÁ DE VACACIONES ?

El inconsciente, es decir esa “fábrica” donde se tejen los pensamientos, los afectos, la memoria y los mecanismos psíquicos del buen vivir, no descansa nunca: ni en vacaciones, ni los fines de semana y cada noche produce en nuestros sueños, a los guardianes del reparador reposo.
La maquinaría que interviene en esta “fábrica” se construye solamente en vida (no se nace con esa máquina ni con el sistema psíquico) al nacer no sabemos hablar, ni andar, ni mamar, ni respirar…Se nace con un cuerpo insuficiente (ni los nervios están recubiertos de mielina) se nace en un escenario donde poder llegar a vivir de forma madura es un trabajo en el que, desde el principio, otros colaboran y cuando se alcanza una edad adulta, otros siguen colaborando en la construcción de cierto grado de libertad y salud para producir los deseos de cada sujeto. Por eso que cualquier crecimiento, todo éxito es grupal, es un efecto sincrónico en la articulación de muchos trabajos, así se dice que para disfrutar de un café en una terraza se precisan más de treinta trabajos o funciones diferentes.
Si tu psicoanalista está de vacaciones, tienes el derecho de mantener tu análisis, aprender de las interrupciones, esa distancia necesaria de ausencia y presencia que no es espacial, sino temporal, para la producción del deseo.
La escucha del psicoanalista es un instrumento imprescindible en el trabajo del sueño, así en toda profesión altamente cualificada permanece vigente toda función ya guarde relación con la salud, educación o cultura.
Aceptando que el inconsciente trabaja constantemente y necesita soñar para adquirir el proceso reparador del descanso, podemos ahora entender que los mecanismos y operaciones que intervienen en el ocio, la diversión, el goce y lo nuevo son los mismos y acontecen en el mismo aparato y con la misma maquinaria en todo momento, sea noche o día, norte o sur, hombre o mujer, burgués o proletario, heterosexual u homosexual…De tal modo que usted puede disfrutar sus vacaciones y continuar sano, divirtiéndose.
Cuando hablamos de síndrome postvacional, nos referimos a esos veraneantes que vuelven tristes o angustiados, a pesar de haber disfrutado de un tiempo de ocio, por lo que se acabó, pensando en lo que se les viene encima, por descuidar lo que no olvida ni perdona.




Si tu psicoanalista está de vacaciones, puedes leer poesía y escribir alguna carta.

martes, 2 de agosto de 2011

LIBIDO Y NARCISISMO. AUTOBIOGRAFÍA. Sgmund Freud (1924-25)

La historia del psicoanálisis se divide, para mí, en dos períodos, prescindiendo de su prehistoria catártica. En el primero me hallaba totalmente aislado, y tenía que llevar a cabo toda la labor. Este período duró desde 1895-6 a 1906-7. En el segundo, que se extiende desde la última fecha hasta la actualidad, han ido creciendo en importancia las aportaciones de mis discípulos y colaboradores; de manera que hoy, advertido de mi próximo fin por una grave enfermedad, puedo pensar serenamente en el término de mi propio rendimiento. Pero precisamente por tal razón no me es posible tratar en este trabajo de los progresos del psicoanálisis en el segundo período con la misma minuciosidad que he tratado de su paulatina edificación en el primero, lleno exclusivamente de actividad propia.
No me siento con derecho a mencionar aquí sino aquellos nuevos descubrimientos en los que me ha correspondido una amplia participación, o sea, los referentes a la teoría de los instintos y a la aplicación de nuestra disciplina a las psicosis. He de añadir que nuestra creciente experiencia nos ha demostrado cada vez con mayor evidencia que el complejo de Edipo constituye el nódulo de la neurosis, siendo el punto culminante de la vida sexual infantil y el foco del que parten todos los desarrollos ulteriores. Esta circunstancia dio fin a la esperanza de hallar por medio del análisis un factor específico de la neurosis, y hubimos de reconocer que las neurosis no poseen ningún contenido especial exclusivamente peculiar a ellas, y que los neuróticos sucumben bajo el peso de circunstancias que los normales logran dominar felizmente. Este descubrimiento no constituyó para nosotros sorpresa alguna, pues se armonizaba perfectamente con el anteriormente realizado de que psicología de las «profundidades», fruto del psicoanálisis, no era sino la psicología de la vida anímica normal. Nos había, pues, sucedido lo que a los químicos cuando comprobaron que las grandes diferencias cualitativas de los productos se reducían a modificaciones cuantitativas en las proporciones de la combinación de los mismos elementos.
En el complejo de Edipo se nos mostró enlazada la libido a la representación de los progenitores del sujeto; pero éste pasó antes por una época en la que carecía de todo objeto. De esta circunstancia dedujimos la existencia de un estado en el que la libido llena el propio yo, habiéndolo tomado como objeto. Este estado podía denominarse «narcisismo», y no era difícil adivinar que en realidad subsiste siempre, y que el yo continúa siendo a través de toda la vida el gran depósito de libido, del cual emanan las cargas de objeto, y al cual puede retornar la libido desde dichos objetos. Así pues, la libido narcisista se transforma continuamente en libido objetal, y viceversa.
El enamoramiento sexual o sublimado, que llega hasta el sacrificio del sujeto, nos ofrece un excelente ejemplo de la magnitud que esta transformación puede alcanzar. Hasta este momento sólo habíamos atendido en el proceso de la represión a lo reprimido, pero a partir de él nos fue ya posible llegar al conocimiento de los elementos represores. Sabíamos ya que la represión era efectuada por los instintos de conservación que actuaban en el yo (instintos del «yo»), y recaía sobre los instintos libidinosos. Ahora, al reconocer los instintos de conservación como de naturaleza libidinosa, esto es, como libido narcisista, vemos que el proceso de la represión se desarrolla dentro de la libido misma. La libido narcisista se opone a la libido objetal, y el interés de la propia conservación se defiende contra las exigencias del amor objetivo. Continúa…