Su progreso teórico más importante ha sido la aplicación de la teoría de la libido al yo represor. Se llegó a representar el mismo yo como un depósito de libido -denominado narcisista-, del cual parten las cargas de libido de los objetos y al cual pueden las mismas retornar. Con ayuda de esta representación se hizo posible llegar al análisis del yo y llevar a cabo la diferenciación clínica de las psiconeurosis en neurosis de transferencia y afecciones narcisistas. En las primeras (histeria y neurosis obsesiva) hay disponible una medida de libido tendente a su transferencia a otros sujetos, la cual libido es utilizada para la práctica del tratamiento analítico. Las perturbaciones narcisistas (dementia praecox, paranoia y melancolía) se caracterizan, en cambio, por la retracción de la libido de los objetos y son, por tanto, apenas accesibles a la terapia analítica. Esta insuficiencia terapéutica no ha impedido, sin embargo, al análisis actuar en la más honda comprensión de las dolencias atribuidas a esta psicosis.
Psicoanálisis y teoría de la libido. S. Freud, 1923
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