PRESENTACIÓN DEL POEMARIO “MUJER DE OTOÑO”
Hoy presentamos el poemario “Mujer de otoño” de Pilar Rojas
Martínez. El libro pertenece a la colección: Poesía 2001 de la Editorial Grupo
Cero.
Consta de cuatro apartados: Qué
será el Hombre Nuevo, Credenciales, Silenciosa Cadencia y Las Palabras del
Adiós. Cuatro partes diferenciadas por el estilo de los poemas que les ocupa y
a la vez hiladas por la sensibilidad de sus propios versos.
En la portada podemos apreciar
el cuadro: “Voces de Fondo” de
Miguel Oscar Menassa, quizá acorde a la profundidad anexa en la poesía del
libro.
En las páginas interiores trece dibujos de rostros que no tienen
por que ser de hombre o mujer sino de palabras, deseo, trabajo, alegría…
En la contraportada una
fotografía de la autora acompañando unas notas biográficas y un poema que
refleja la mujer de otoño; ese reencuentro con una misma: valor, goce,
sensualidad, arrojo entre líneas
adosadas a la vida.
Hemos elegido curiosamente hoy 8
de marzo, día Internacional de la mujer, fecha que dice mucho por la
incongruencia de la celebración de la mujer como trabajadora, haciendo
coincidir con aquel fatídico día de
1908, que (según algunas historias), se quemó la fábrica textil Cotton de Nueva
York, con 129 trabajadoras dentro. Digo algunas historias porque el movimiento
de la lucha por la igualdad se extendió en otros muchos países (sobre todo de
Europa) y no tenía nada que ver con aquel incendio, existían otras causas.
Quizá esta fecha se refleja con
el ahínco de la mujer que aún sin dejar lo pesaroso del trabajo doméstico,
(nunca valorado) se levanta cada mañana y ante el espejo se calza con el vigor
suficiente para abanderar el desafío a la injusticia y la lucha por la dignidad
de las diferencias.
En este libro se muestra una
mujer que además de trabajadora, temperamental,
sensual, con arrojo y sensibilidad, produce una belleza sutilmente
social en sus versos.
Muchos y muchas hemos crecido
con las historias del hombre del saco, buscando un héroe que nos rescatara de
una niñez llena de cuentos y leyendas, añorando la eterna libertad que a veces
traicionamos con nuestras conjeturas de aquel saco quizá, no se sabe.
Cómo de un modo u otro el hombre
y la mujer siempre tratan de labrar su cosecha, ¿quién no se ha hecho su cuento
de la lechera?, diferente en cada momento de la vida; siempre queriendo romper
las cadenas a veces sin esperanza, cuando una pequeña sencillez puede poner una
sonrisa, unos versos pueden dar calor a nuestra casa, una palabra, un abrazo
puede darnos fuerza para caminar.
Además en este libro se
comprueba que una mujer puede gozar, crecer, amar, proliferar sus creaciones
sin estar sujeta al mango de un plumero como algunas veces sucede. Que la mujer
puede sentir el bramido de una voz pidiendo pan, pidiendo paz y amor haciendo
helar el alma. Que puede labrar su rumbo con tenacidad, aunque guerras y pestes
azoten el mundo. Cómo puede apartar los malos rescoldos con su deseo y ser capaz de sacar un verso de las cloacas y
transformarlo en color. Cómo una mirada a las pequeñas cosas puede dar un
vuelco librando a cualquiera de sus miserias, y ser mujer en todas sus
vertientes: madre, trabajadora, social, amante, amiga, empresaria, poeta,
artista, doctora….,
Como dice la autora en su poema:
Así, vuelta del revés;
Esos
días,
Cuando
el dolor paraliza las cuerdas de mi voz,
Cuando
reniego de mi estirpe,
Esos
días,
Cuando
el futuro tropieza y muere vanamente,
Dejándome
así, vuelta del revés,
Esos
días,
Mi
único anhelo es hacer de la guerra, sólo una palabra.
Sí, a veces una palabra bastaría
para deshacer los enredos, ahuyentar el hambre, y ese lado oscuro del alma que
a veces nos visita. No es fácil crear un verso dedicado a la vida y al
placer. Y digo un verso, porque a veces la vida es un verso, corto o largo,
hermoso o feo, lleno de amor, de proyectos o vacío de todo, pero no es fácil.
Porque la llamada de la poesía no trae palacios, ni joyas, ni grandes fortunas;
aporta otra riqueza a la vida, luz en la oscuridad, abrigo en las gélidas
noches, gozo en la pobreza de los días. Algo parecido al amor que nos alimenta
más allá de la muerte, si nos dejamos llevar.
Y como la autora nos refleja en
el poema: Hoy me enteré
“Hoy
por fin me enteré:
tus
manos levantan andamios para construir arrebatos de vida.
Sonríes
y tu sonrisa rasga la penumbra del tiempo
solapando
artilugios de lujuria y carmín.”
En este libro, también nos damos
cuenta un día, que el sabor de un beso,
la caricia que hace temblar la piel, la mirada que enciende el alma haciendo
latir la vida, las letras de la pasión
que rodean la silueta del poema, hace
aflorar la incandescencia que levanta el vuelo sobre la bravura del mar para
sosegar el deseo de una mujer de otoño.
Agradezco a Carlos Fernández,
coordinador del taller de poesía Grupo Cero de Alcalá de Henares, el haberme
dado la oportunidad de disfrutar este trabajo,
Y a Pilar Rojas por mostrar en
este libro lo plena que puede ser una mujer, sobre todo, si se lo propone.
Felicidades
Gloria Gómez
Integrante del Taller de Poesía Grupo Cero de Alcalá de Henares
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