viernes, 18 de diciembre de 2009

LA MORAL ES ANTIECONÓMICA


"Los pecados personales no debieran necesitar comunicados de prensa y los problemas dentro de una familia no debieran exigir confesiones públicas", afirma Woods.


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Tiger Woods, número uno a nivel mundial como jugador profesional de golf, fue descubierto por su esposa de tener amantes. Desconocemos la intimidad del caso, el psicoanálisis escucha sin mirar.
Fue diagnosticado de Infidelidad por la prensa a nivel mundial, la cual se hizo eco de la noticia transformando el hecho en una catarata de amantes que bien fotografiadas aparecen en la prensa diaria desde diferentes puntos del planeta.
Los días siguientes al suceso y acosado, tanto Tiger Woods como su familia, decide abandonar “temporalmente” la práctica del golf para reflexionar y poder hablar con los suyos, pidiendo públicamente perdón por su comportamiento.
Hasta aquí, casi todos, estaremos de acuerdo.
El que suscribe no está de acuerdo: ni en el trato profesional y ético que se dio a la noticia (de eco a tormenta) ni en el comportamiento de los que asesoran al número uno mundial, llevándole a disculparse públicamente por demostrar saber hacer dos cosas diferentes durante varios años seguidos.
Y ahora se darán cuenta los “genios de las finanzas del deporte” del grave error cometido por no estar asesorado por psicoanalistas. El tiempo que Tiger Woods (motivo de una grave lesión de rodilla) estuvo retirado de los campos de golf los ingresos publicitarios disminuyeron más de un 10% a nivel mundial, pues sin la participación del número uno todos pagan menos.
Con una ética psicoanalítica los resultados económicos son otros ya que el moralista es el que no deja crecer, el que no deja hablar, el que no deja ganar ni a otros ni a él mismo, ese es el moralista cobarde que además se inmiscuye en la vida privada, en este caso de un jugador de golf, que está generando trabajo y divisas para un montón de familias a nivel mundial.
Señores periodistas, abogados, médicos, deportistas, profesores, alumnos, artistas….revisemos nuestros deseos porque el gran enemigo de cada uno anida y duerme con nosotros, con nuestra propia piel en nuestro cuerpo.


Dr. Carlos Fernández
Médico Psicoanalista
Especialista en Dirección Deportiva

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