domingo, 28 de marzo de 2010

ESTUDIAR ES CON TRABAJO

"Con el tiempo". Miguel O. Menassa

Todos los días se pone el sol y, en una estación del año estudiar con calor se hace exponencial. Todos los días se puede estudiar y, hay épocas del año con exámenes. Pruebas académicas que “cuantifican” la actividad del estudiante. Más allá de la manera de valorar lo evaluado, hay que saber que una cosa es estudiar y otra diferente aprehender. Enseñar es una tarea imposible en tanto lo posible es aprender. Y esta diferencia (entre enseñar y aprender) es tan notable como la que existe entre el conocimiento y el saber.
Es difícil proponerle al estudiante (cuando tanto suponen las notas finales, no sólo para los padres) que no debe preocuparse en exceso por los resultados. Lo mejor en épocas de exámenes es comenzar a prepararlos. Como dice el poeta Pedro Salinas “Vivir, desde el principio, es separarse”. Se trata de empezar, de leer en infinitivo, de estudiar, de estar en el proceso de aprendizaje. Cuando el estudiante se “preocupa” de los resultados antes de empezar, se encuentra “pre-ocupado” en lugar de estar “ocupado” en la tarea. El preocupado es uno que fantasea o se inquieta por el futuro de sus estudios, amores, quiere ahorrarse un trabajo (el trabajo del estudio) y eso habla de cierta haraganería del estudiante en el trabajo de estudiar. Estudiar conlleva trabajo.
Cuando el estudiante se pone “nervioso o irascible” en exceso o piensa que “no se queda” con lo que lee, debemos saber que: La memoria es una operación perfecta que transcurre siempre correctamente en una instancia psíquica. Es decir es un proceso inconsciente (del que no tenemos consciencia) pero al que, si le ponemos el trabajo necesario de lectura, método, disciplina y orden siempre en todos los casos produce sus efectos. Efectos que podemos valorar por el trabajo realizado. Después desde el producto-efecto damos cuenta de nuestra labor en el proceso de aprendizaje, pero para ello (ya que la lógica del aparato psíquico es una lógica paradojal) debemos primero trabajar-nos el estudio. La rentabilidad del estudio es de las inversiones mejor cotizadas.
Y si necesitan algún consejo, todos sabemos de los beneficios de estudiar en lugares cómodos, sosegados, con un papel donde poder escribir (cuestiones que nos abordan en el proceso de aprendizaje) la posibilidad de leer poesía ya que nos ayuda a des-realizar (por trabajar con el imaginario universal) lo que fantasmáticamente se interpone con el estudio. Lo imaginario, las fantasías no se pueden abolir, siempre están ahí, interrumpiendo lo simbólico, el trabajo. Pero se pueden transformar y diluir.
Las fantasías se pueden analizar, y en análisis del sujeto siempre vemos que aquello que se presenta como fantasía es una máscara que encubre el deseo. Es decir las ilusiones que hacen que “la cabeza que se nos vaya a…” sólo se acaban cuando el sujeto se implica por aparecer el deseo. Y el deseo de estudiar sólo aparece después de ponerse a estudiar. Nada es natural en el humano, nada es sin trabajo. Estudiar tampoco es natural, estudiar es una apropiación de lo escrito que nos civilizó. No hay dotados sin trabajo, sin deseo, sin pasión por lo que hacen. Para la holgazanería también es necesario poner trabajo. Aburrirse es un plan traicionero. Hablar, leer y escribir son tres infinitivos que generan humanidad. Son elementos de una misma fórmula: Humano.
En el estudio, lo que leemos, no puede quedar en la conciencia, ya que por ley se satura y no podría admitir más información. En el estudio interviene, de manera inconsciente, la ideología de cada sujeto. De modo tal que lo leído se almacena en el sistema de memoria, exclusivamente, por las leyes del lenguaje (otra cosa son los órganos corporales que también intervienen en el proceso) Así por ejemplo sólo en la repetición de lo leído, lo ya elaborado como lectura, se mostrará como efecto del estudio en el proceso de aprendizaje. Otro ejemplo es la diferencia que existe entre leer y escribir después de producida la lectura. No todo lo que se escribe es escritura ni todo lo que se lee es lectura. Alcanzar el nivel de lector sólo es posible en la lectura como producción. Leer no te hace la vida más fácil, la hace posible.


Dr. Carlos Fernández

2 comentarios:

  1. Ese es el gran problema del universitario de hoy (y no hablemos de bachillerato).

    Creo que soy de los pocos en mi carrera (informática) que valora lo aprendido y que intenta que las clases le valgan para algo además de para aprobar un exámen. Aunque es cierto que hay asignaturas que las estudias para aprobar porque son inútiles (eso es problema de la mierda de planes de estudios que hay y als asignaturas puesta para tirar a gente) la mayoría tienen una utilidad, eso si, relativa unicamente por el excesivo cargo de horas teóricas (más baratas) y la falta de una práctica como Dios manda.

    Pero mira, para mi mejor, cuanto más incompetentes haya mucho mejor, menos competencia real :-)

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  2. Hola EOL.
    cada uno debe trabajar su propia competencia, que considero necesaria y fuente de superación personal.
    gracias por su comentario.

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