miércoles, 27 de enero de 2010

OJOS QUE NO VEN, CORAZÓN INCONSCIENTE

Gala contemplando a Lincom. S. Dalí

Mirar y ver son cuestiones distintas, confundirlas concede estatuto de creencia al “mal de ojo”, a las supersticiones y prejuicios del estilo de: “si no lo veo, no lo creo”
La óptica (esa parte de la física) estudia las propiedades de la luz en su estrecha relación con el fenómeno de la visión. La óptica fisiológica estudia el conjunto de conocimientos que permiten describir el funcionamiento del globo ocular, en tanto en cuanto interviene en el proceso de la visión, el cual incluye: la formación de las distintas imágenes en la retina, la transmisión de las mismas al cerebro y así mismo la “interpretación” de estas imágenes. Se encarga por tanto de una lectura, de una interpretación personal de las imágenes objetivas retinianas.
La misma oftalmología plantea que para discutir la problemática de la visión hay que poseer conocimientos de lo “psíquico”, por ejemplo la fisiología óptica demuestra que en la retina se forma una imagen invertida del objeto observado. Así mismo clásicos experimentos prueban que no existe ningún “proceso real” posterior de enderezamiento de dicha imagen en el cerebro. Sin embargo, mediante un proceso psicológico, al interpretar esa imagen, la invertimos de nuevo y todo ocurre como si la imagen retiniana fuese una imagen directa.
Este recorrido es para rescatar términos como “objetivo”, “psíquico”, “imagen”, “interpretación”, “visión” y “palabra” que desde hace un siglo sabemos (aunque nos cueste vivirlo) que existe un método a través del cual se puede adquirir un nuevo modo de pensar y ser pensado. Un pensamiento civilizado, donde la humanidad ocupe un lugar central, donde hablar, leer y escribir sea posible para todos, donde la palabra y el objeto son diferentes siempre. Una cosa es lo que vemos y otra lo que miramos de modo tal que sólo vemos aquello que previamente nos miró, aunque no todo lo que nos mira seamos capaces de verlo, y donde también sabemos que los órganos de la percepción son engañosos (miramos el sol y “creemos” que se mueve girando en derredor nuestro) y sabemos que el pensamiento siempre está fuera del sujeto. La manera de pensar se transmite a través de la ideología y después se puede transformar a través de la lectura, escritura, trabajo, creación y el análisis de cada sujeto.
El Psicoanálisis (junto a otras ciencias como las Matemáticas, Física, Biología, Materialismo Histórico, Lingüística, Química, Derecho…) propone que: asumir es transformarse, cuando algo nuevo surge crea su propio pasado, pero no se trata de los orígenes, sino de las emergencias. Del “deseo humano” nunca se puede saber (sólo de sus efectos) así que “si no lo veo no lo creo” o la creencia de “el mal de ojo” es una forma de no aceptar las diferencias, los descubrimientos, lo novedoso, es una manera de creer que se ve con los ojos, pero los ciegos nos demuestran que “nunca me miras desde donde yo te veo”. Y la ideología no es lo que digo, es lo que hago.


LA CREENCIA EN EL MAL DE OJO, ES PARA NEGAR LA ENVIDIA.


Más allá de la apariencia no están las cosas en sí, está la mirada. Existe una esquicia entre la mirada y la visión, lo que nos permite agregar la pulsión escópica a los destinos de la pulsión. La pulsión es una fuerza constante presente en todos los actos humanos y lo escópico hace referencia a la mirada. Con los ojos cerrados hasta tu mayor enemigo te puede hacer gozar. El mayor enemigo siempre está en uno mismo.
En relación con las cosas (con los amores, con los pensamientos, con las ideas, con el trabajo, los prejuicios) tal como lo constituye la vía de la visión y la ordena en las figuras de las imágenes, algo se desliza, algo pasa, se transmite de peldaño en peldaño para ser siempre en algún grado eludido y a eso llamamos mirada.


Dr. Carlos Fernández

1 comentario:

  1. Sólo vemos las cosas que los medios y prejuicios previamente han hecho cegadoras; lo que se ve no se mira; una mirada no podría consumirse, quizás transformarse, pero en la cultura del consumo, quienes miran, producen y comercian la ceguera para obtener réditos... la mirada es una llama inextinguible cuyo esplendor hemos dejado escapar de nuestra vista... a pesar de todo, parece haber luz en el Psicoanálisis y en la Poesía para sentirla...

    Estimado Carlos, mil gracias por esa síntesis tan bien lograda sobre las génesis y desarrollos de las neurosis, publicada en post anteriores. Sin prescindir de la complejidad propia de tales procesos psíquicos usted abre puerteas para hacer posible la mirada al sujeto.

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